[Escrito el 17 de noviembre de 2014]
El 11 de noviembre de 2009 afirmé que el
FMI no debía desembolsar, junto a otros organismos internacionales, centenares
de millones de dólares al gobierno para aumentar el gasto público. Le señalé
que esto crearía una estructura de gastos muy difícil de modificar. Y le
recomendé que si deseaban estimular la economía dominicana lo hicieran
reduciendo los impuestos transitoriamente.
Lamentablemente, no me hicieron caso. El
gobierno incrementó masivamente sus gastos –sin ningún tipo de control ni
supervisión- en el período 2010-2012, colocándose el déficit del sector público
no financiero en 6.7% del PIB en el año 2012.
El aumento del gasto público, financiado
una parte por el Fondo Monetario Internacional, se tradujo en un incremento
significativo de la deuda pública. En su comunicado de prensa del pasado 13 de
noviembre, el FMI sostiene que entre 2008 y 2014 la deuda pública se incrementó
en 18 puntos porcentuales, la mayor parte explicada por el descontrol del gasto
público.
¡Qué pena que mi consejo fuese desestimado!
Una reducción de impuestos en 2009 hubiese estimulado el crecimiento de la
demanda privada, generándose un mayor ritmo de crecimiento económico sin que se
creara una estructura de gasto difícil de desmontar.
El presidente Danilo Medina ha tratado de
controlar ese gasto, al mismo tiempo que incrementa los ingresos tributarios.
Con esto ha reducido el déficit a un 2.8% del PIB, pero todavía se requiere un
mayor ajuste para disminuir la deuda pública.
Eso me lleva a pronosticar que la primera
medida del gobierno en 2016 será una reforma tributaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario