Las transferencias en efectivo a favor de las familias más
vulnerables reducen la pobreza y mejoran la equidad de la distribución de
ingresos.
Numerosos países utilizan ese tipo de transferencias, las
cuales muchas veces son condicionadas al cumplimiento de algunas acciones. Un
ejemplo. Las transferencias que reciben los hogares para que adquieran
alimentos, pero a cambio deben enviar a los hijos a la escuela o a recibir sus
vacunas.
Otro tipo de transferencias son las etiquetadas. Esas no son
condicionadas, sino que se otorgan con fines específicos, por ejemplo, para
ayudar a que la familia pueda enviar a los niños a la escuela.
Un reciente estudio, elaborado por Esther Duflo del MIT,
otros profesores de Stanford y de la Escuela de París de Economía, así como por
economistas del Banco Mundial, determinó que las transferencias etiquetadas
tienen un mayor impacto a menor costo.
Aplicado en Marruecos, un programa de transferencias
etiquetadas diseñado como apoyo a la escolaridad mejoró la percepción de los
padres hacia la educación; a partir de esa ayuda los padres entendieron que la
educación es una inversión valiosa y esto se tradujo en un aumento
significativo de la asistencia escolar.
En la República Dominicana existen programas de
transferencias etiquetadas. El programa
“Incentivo a la Asistencia Escolar” y el “Bono Escolar Estudiando Progreso”
ayudan a que los niños asistan y permanezcan en las aulas fortaleciendo así su
capital humano y futura productividad.
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