jueves, 21 de abril de 2016

Brasil al borde del precipicio

[Escrito el 20 de abril de 2016]

Comenté hace años, cuando gobernaba Lula da Silva, que la política económica brasileña era insostenible. El excesivo nivel de gasto público, fundamentado en un coyuntural boom de exportaciones de bienes básicos, acabaría en un déficit fiscal insostenible. En la actualidad éste supera el 11% del PIB, llegando la deuda pública a un 70% del PIB. Esto significa que Brasil está al borde del precipicio.

La decisión del Congreso Nacional de votar a favor de que continúe el proceso que iniciaría un juicio político contra Dilma Rousseff es un paso hacia adelante. Dilma será enjuiciada no por corrupción, sino por haber ocultado información sobre gastos públicos con el objetivo de subestimar el nivel del déficit fiscal, en lo que se ha denominado “pedaleo fiscal.”

Ante esa dramática situación de la presidenta Rousseff, es muy probable que Michel Temer se convierta en el primer mandatario de la nación. Cabe preguntar si sus actuaciones serán lo suficientemente positivas y contundentes como para recuperar la confianza de su pueblo y de los mercados de capitales internacionales.

Los desequilibrios macroeconómicos de Brasil obligarán a Temer a adoptar medidas dolorosas. El ajuste fiscal implica aumentos de impuestos y reducción de gastos públicos.
 La reforma del sistema de pensiones también es necesaria. Esto lo obligará a llevar la edad de retiro de 60 a 65 años.  

El aumento de la productividad y competitividad requiere de una reforma laboral, que a pocos agradará. 


No cabe duda de que lo que tiene que hacer el vicepresidente Temer hace temer a cualquier político populista. Espero que el futuro presidente no lo sea. 

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