[Escrito el 10 de noviembre de 2016]
Donald Trump ha
sorprendido al mundo. No sólo por ganar de forma contundente la presidencia de
los Estados Unidos, sino por sus declaraciones posteriores a la victoria.
Primero elogió a su contrincante, Hillary Clinton. Luego afirmó, después de
reunirse con el presidente Barack Obama, que siente un gran respeto por el
Presidente y que buscará sus consejos cuando asuma el cargo.
Los mercados de
capitales han reaccionado positivamente a la victoria de Trump. El Dow Jones
subió a una tasa acumulada de un 2.6% en los dos días siguientes a las
elecciones, cerrando hoy en los 18,808 puntos.
El presidente electo
Trump ha prometido reactivar la economía estadounidense con un impulso fiscal.
Esto significa que aumentará la inversión pública en infraestructura y reducirá
los impuestos a los ricos y empresas. Esa política aumentaría la demanda
agregada, estimulando las ventas y el flujo libre de efectivo de las empresas. Esa
expectativa se ha traducido en un aumento de los principales indicadores
bursátiles que reflejan el precio de las acciones en los Estados Unidos.
La política de Trump
también provocaría un aumento del déficit fiscal, lo cual elevaría la oferta de
bonos del Tesoro para lograr su financiamiento. Por ese motivo los
inversionistas se están desprendiendo de parte de sus bonos actuales con la
esperanza de comprar los nuevos bonos, que se emitirían con mayores tasas de
interés.
A pesar de esta
información, en los próximos días, cuando la agenda del presidente electo Trump
esté mejor definida, se podrá predecir mejor el comportamiento de la economía
de los Estados Unidos.
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