[Escrito el 24 de marzo de 2023]
A pocos días del colapso del Credit Suisse, el segundo banco más grande
de Suiza, el Deutsche Bank, el banco más grande de Alemania se tambaleó. La
atención global se dirigió hacia esa poderosa entidad financiera cuyo precio
accionario llegó a caer hasta un 15% durante gran parte del día, cerrando con
una baja de 3.1%.
Ese resultado pone de manifiesto que los inversionistas no han
recuperado totalmente la confianza en las entidades bancarias internacionales,
sobre todo en las que pueden ser el centro de noticias negativas.
La decisión de incumplir y borrar el valor de los bonos AT-1 emitidos
por el Credit Suisse que se tomó durante la adquisición por UBS, generó mucha
incertidumbre sobre la deuda del Deutsche Bank. Las permutas de incumplimiento
crediticio (credit-default swaps) de la deuda emitida por el banco alemán saltó
significativamente, reflejando un incremento de la probabilidad de no pago de
esa deuda. Ese nerviosismo provocó una caída generalizada de los precios de las
acciones de la banca europea, comportamiento que fue estimulado por la decisión
del Banco Central Europeo de elevar la semana pasada 50 puntos básicos a su
tasa de interés de referencia.
Debe destacarse que, a diferencia del Credit Suisse, en el cual la
mayoría de sus depósitos no estaban asegurados y, por lo tanto, con una elevada
vocación de moverse hacia otros bancos ante cualquier noticia negativa, en el
caso del Deutsche Bank, el 70% de los depósitos está asegurado y son muy
estables. Otro elemento a favor del banco alemán es que el riesgo de interés,
cuyo descalce entre cómo reacciona el valor de los activos y pasivos al aumento
de las tasas de interés del mercado provocó el colapso del Silicon Valley Bank,
es relativamente bajo con relación a su patrimonio.
En un tono positivo y apoyador, Christine Lagarde, presidenta del Banco
Central Europeo, declaró hoy que los bancos de la eurozona son suficientemente
seguros y líquidos como para resistir el escrutinio del mercado. Como apoyo
adicional, el canciller alemán Olaf Scholz señaló que el Deutsche Bank ha
modernizado y reorganizado su modelo de negocios, convirtiéndose en un banco
muy rentable, por lo cual no hay de qué preocuparse. Ya se verá el lunes si el
mercado confía o no en las palabras de Lagarde y Scholz.
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