[Escrito el 9 de enero de 2025]
El déficit fiscal se origina cuando los gastos se colocan por encima de los ingresos. Ese resultado obliga al endeudamiento público o a la emisión de dinero. Ambas formas de financiamiento generan consecuencias negativas sobre la economía como son el incremento de la tasa de interés y el descontrol de la variación de los precios. Un entorno caracterizado por esa situación económica lleva, aunque sea después de un auge transitorio, a un menor ritmo de crecimiento del producto interno bruto (PIB).
El presidente electo Donald Trump ha propuesto modificaciones tributarias y arancelarias que podrían elevar el actualmente significativo déficit fiscal. Ante ese posible escenario, la tasa de rendimiento de las Notas del Tesoro a diez años se ha colocado desde hace meses sobre una trayectoria ascendente. Hoy el mercado cerró con una tasa de un 4.69%, nivel que contrasta con el 3.62% que se registró en septiembre de 2024. El comportamiento de esa tasa de rendimiento influye sobre las demás tasas de interés de la economía, como la de préstamos hipotecarios, que ha vuelto a rondar el 7%, lo cual dificulta a los agentes económicos la adquisición de viviendas.
El problema de las finanzas públicas también se ha estado agravando en el Reino Unido. Según el Wall Street Journal, la tasa de rendimiento de la deuda gubernamental alcanzó el mayor nivel desde 1998. En particular, la tasa de interés de los bonos -el gilt- a diez años subió a 4.92% y el bono a treinta años subió a 5.46%. La causa del alza de la tasa de interés de esa deuda pública es el aumento de la prima de riesgo relacionado con el deterioro de las finanzas públicas y el incremento del endeudamiento. Al mismo tiempo, se observa la pérdida de valor de la libra esterlina, la cual cayó hoy en 0.6% frente al dólar.
Los países en desarrollo también enfrentarán un mayor costo de financiamiento. La tasa de rendimiento de los títulos de deuda de los países avanzados, en particular Estados Unidos, se utiliza como referencia para determinar la tasa de interés de los bonos soberanos. Esto significa que los países como la República Dominicana tendrán que pagar un mayor costo financiero en las próximas colocaciones de deuda soberana. El efecto inmediato de esa situación es un aumento del gasto corriente por concepto de pago de intereses que, al acentuar el déficit fiscal, provocará un aumento de la prima de riesgo y un nuevo incremento de la tasa de interés de los bonos soberanos. Ese sería un paso que deterioraría la sostenibilidad de la deuda pública.
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