miércoles, 3 de abril de 2024

Ante un nuevo choque de oferta negativo

[Escrito el 2 de abril de 2024]

La decisión de Israel de despacharse a un grupo iraní encargado de actividades terroristas en el Medio Oriente puede provocar un choque de oferta negativo a nivel global. De manera espectacular, los israelitas bombardearon la embajada de Irán en Damasco, Siria, para eliminar al general Mohammad Reza Zahedi, uno de los principales comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, y a seis de sus más estrechos colaboradores.

Ese ataque puede desembocar en el escalamiento de la guerra que enfrenta Israel a través de terceros con Irán. Los principales líderes de ese país islámico amenazaron con tomar represalias conta Israel y Estados Unidos.

El escalamiento de la guerra en el Medio Oriente se traduciría en una ruptura o, por lo menos, debilitamiento de la cadena de suministro de crudo que se suple desde esa región. Ante ese posible evento, cuya probabilidad aumentó considerablemente después del bombardeo de Israel, el precio del crudo registró un comportamiento ascendente. El precio del West Texas cerró hoy en 85.38 dólares y se prevé que siga subiendo.

El impacto para la economía dominicana del incremento del precio de los combustibles sería negativo. Por cada dólar que sube el precio del barril de petróleo se eleva el déficit de las cuentas externas en 50 millones de dólares anuales. Si se toma en consideración que el barril de crudo ha aumentado en casi 13 dólares en lo que va de año, se puede señalar que el efecto anualizado sobre la cuenta corriente asciende a 650 millones de dólares, equivalente a 0.5% del PIB.

El aumento de los precios de los combustibles se traduce en un deterioro de los términos de intercambio y un aumento de los precios internos, que implica una menor capacidad de demanda de bienes y servicios, reduciéndose el ritmo de crecimiento económico. Inflación y estancamiento del PIB es el peor de los mundos.

El gobierno dominicano puede amortiguar o postergar el impacto sobre la inflación y la demanda de bienes y servicios mediante la ampliación del subsidio generalizado a los precios de los combustibles, pero se deterioraría el saldo de las finanzas públicas y se elevaría el nivel de endeudamiento público. Si el precio del barril de petróleo llegase a los 90 dólares es muy probable que el gobierno tenga que destinar semanalmente un monto superior a los ochocientos millones pesos para mantener sin cambios los precios de la gasolina, el gasoil y el GLP, lo cual en términos anualizados superaría los 40 mil millones de pesos.

El deterioro de las finanzas públicas y el aumento de la deuda estatal llevaría a que, tarde o temprano, sea necesario incrementar las recaudaciones tributarias. De manera que lo que no se pague hoy se pagará en el futuro, pero lamentablemente lo honrará una generación que no se benefició del subsidio actual.  

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