miércoles, 26 de marzo de 2014

Adolfo Suárez

[Escrito el lunes 25 de marzo de 2014]

Adolfo Suárez, expresidente de España, falleció el pasado domingo 23 de marzo. Y con su partida se apagó la llama que iluminó a los españoles en su trayecto hacia la democracia. Sus adversarios en los años setenta y ochenta, entre ellos Felipe González, hoy lo alaban y reconocen como uno de los padres de la gran democracia que disfruta España.


Muerto el generalísimo Franco, el Rey Juan Carlos nombró a Suárez como presidente de gobierno en julio de 1976, ganando las elecciones generales el 15 junio de 1977. Su objetivo inmediato fue crear las condiciones que permitieran desmontar las instituciones de la dictadura franquista y establecer las libertades democráticas.

La extraordinaria capacidad de negociación de Suárez parió los Pactos de la Moncloa en 1977. Junto al brillante economista Enrique Fuentes Quintana sentó las bases para la modernización económica de España, preparándola para ser parte de la Comunidad Económica Europea.

El 29 de enero de 1981, ante las presiones de sus adversarios, el abandono de sus correligionarios  y colocando los intereses de España por encima de los propios, Adolfo Suárez dimitió como Presidente. Sin embargo, su amor por la libertad permaneció incólume. Ante los disparos del Coronel Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados, que amenazaron con destruir la democracia española el 23 de febrero de ese año, se mantuvo firme y con actitud desafiante frente a los golpistas.


La imagen es inolvidable. Todos se lanzaron al suelo, menos Suárez, el general Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo.


Hoy España no debe llorar a Suárez. Debe darle las gracias.     

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