[Escrito el 25 de marzo de 2014]
El presidente Nicolás Maduro ha dividido Venezuela. Después
de las elecciones, que pusieron de manifiesto la creación de dos grandes
bloques políticos, Maduro cometió el error de acentuar sus ataques contra la
oposición.
La estrategia óptima debió ser promover la creación de un
gobierno de cohabitación y conciliación nacional. Eso hubiese sanado las
heridas y permitido la adopción de medidas económicas que ayudasen a resolver
la severa crisis social que afecta a los venezolanos.
Hoy la división sigue acentuándose. De acuerdo a
informaciones oficiales, tres generales de la Fuerza Aérea Venezolana han sido
detenidos y acusados de intento de golpe de Estado. Eso significa que las
acciones de Maduro han comenzado a dividir las fuerzas armadas, lo cual reduce
la probabilidad de que pueda permanecer en el poder.
El presidente venezolano no será capaz de adoptar las
medidas económicas necesarias para resolver la crisis que afecta su nación. Las
empresas se quedan sin materias primas porque no pueden pagar a sus suplidores
del extranjero. Eso genera desabastecimiento, desempleo y aumentos
generalizados de precios. Se estima que en 2014, el PIB venezolano descenderá
en -1.8% y la tasa de inflación será 65.2%.
Ante esa crisis económica y política, cabe recordar que
República Dominicana le debe a Venezuela alrededor de 3,800 millones de dólares.
De esa suma la mayor parte corresponde a Petrocaribe, fuente importante de
financiamiento de largo plazo del déficit de cuenta corriente de la balanza de
pagos.
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