[Escrito el 4 de abril de 2023]
La tasa de inflación medida como la variación porcentual del índice de
precios al consumidor se redujo en marzo, situándose en términos interanuales
en 5.9%. La variación del IPC de marzo con relación a febrero fue de 0.21%,
equivalente a una tasa anualizada de 2.5%. Las autoridades del Banco Central
proyectan que la inflación convergerá a su meta del 4%± 1% hacia mediados de este
año.
La tasa de inflación subyacente interanual, que excluye alimentos,
combustibles, entre otros, bajó de 6.4% registrado en febrero a 6.16%. Ese
comportamiento de los precios confirma que la política monetaria, que inició el
cambio hacia una postura más restrictiva a finales de 2021, está haciendo su
trabajo.
Al descomponer por grupos se observa que, aun cuando se han reducido los
precios de algunos alimentos -como el del pollo fresco, plátanos verdes y
maduros, papas, cebollas, entre otros-, el grupo de alimentos y bebidas no
alcohólicas se incrementó en 0.26%, superando el promedio del mes. Es muy
probable que la sequía que afecta al país provoque en los próximos meses
aumentos de precios de los bienes agropecuarios, dificultando el trabajo del
Banco Central.
Dado que en economía no hay almuerzo gratis, es lógico que la
disminución de la inflación implique un descenso del ritmo de crecimiento de la
actividad económica. De acuerdo con los estimados del Banco Central, el
Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) de febrero arrojó una variación
de 1.8%, muy por debajo del ritmo de crecimiento potencial de 5%, pero mejor
que el 0.4% registrado en enero. La tasa de crecimiento promedio de los dos
primeros meses del año se colocó en 1.1%, pero las autoridades gubernamentales
proyectan que habrá una aceleración de las actividades económicas en la segunda
mitad del año situándose la tasa de crecimiento anual entre 4% y 4.5%. Ojalá se
alcance esa proyección.
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