[Escrito el 26 de abril de 2023]
El presidente Gustavo Petro despidió hoy al ministro de Hacienda José
Antonio Ocampo. Junto a él fueron despachados seis ministros en lo que pudiese
interpretarse como un viraje más acentuado de la política económica y social hacia
la izquierda radical. Agricultura, Interior, Salud, Ciencia, Transporte, TIC
son los Ministerios que tienen desde hoy nuevos incumbentes.
Gustavo Petro indicó en su cuenta de Twitter que el nuevo gabinete
deberá consolidar el programa de su gobierno. Y declaró en un comunicado de
prensa que ha “decidido configurar un gobierno para redoblar nuestra agenda de
cambio social al servicio de las grandes mayorías de ciudadanos y pueblos de
Colombia.” Y añadió: “Nuestro compromiso es siempre buscar las mejores
condiciones de vida para todos los ciudadanos.”
La decisión de Petro fue tomada justo después de que fracasara su
propuesta legislativa de reforma de salud, que tiene como objetivo realizar
cambios profundos al sistema actual y aumentar el papel del Estado en la
presentación de esos servicios. El presidente colombiano se siente tan
acorralado por el Congreso que declaró que terminó la coalición política y
afirmó que se debe instalar un gobierno de emergencia “porque el Congreso no
fue capaz de aprobar unos simples artículos.”
El nuevo ministro de Hacienda es Ricardo Bonilla, quien se desempeñaba
como presidente de la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) y fue
secretario de Hacienda de la Alcaldía de Bogotá entre 2012 y 2015. Bonilla
señaló en su cuenta de Twitter que mantendrá la estabilidad de la economía
colombiana. Es obvio, que para lograrlo tiene que mantener a raya decisiones radicales
que pudiesen desembocar en la pérdida de confianza de los mercados, y
específicamente de los inversionistas nacionales y extranjeros.
José Antonio Ocampo, un economista de centro izquierda, era considerado
como una barrera a las ideas de Petro que pudiesen afectar negativamente el
entorno económico colombiano. Ya se verá si Bonilla es capaz de convencer a
Petro de seguir por un modelo que promueva el crecimiento inclusivo y sostenido
y de que se mantenga alejado de las medidas irracionales que distribuyen las
riquezas existentes, deteriorando simultáneamente la capacidad productiva
privada de la nación que es clave para crear nuevos ingresos y mayor bienestar.
El modelo venezolano es bueno para saber lo que no se debe hacer en materia de
política económica.
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