[Escrito el 11 de abril de 2023]
El Fondo Monetario Internacional puso hoy a circular sus nuevas
proyecciones sobre la economía internacional. De acuerdo con ese organismo, el
crecimiento económico a nivel global será de 2.8%, una disminución de 0.6
puntos porcentuales con relación al nivel registrado en 2022.
Estados Unidos, principal socio comercial de la República Dominicana,
registrará un descenso de su ritmo de crecimiento al pasar de 2.1% en 2022 a
1.6% en 2023. Debe señalarse que esa estimación parece que no incluye
información reciente que sí tiene la Reserva Federal, que la lleva a estimar
que el producto interno bruto estadounidense apenas crecerá 0.4% en este año.
Ya se verá si en el próximo informe de proyecciones macroeconómicas el Fondo
corrige o no hacia la baja la tasa de crecimiento de los Estados Unidos.
La eurozona registrará un descenso más acentuado, pasando su tasa de
crecimiento de 3.5% a 0.8%. En esa zona resalta el comportamiento de la
economía alemana que se proyecta registrará una caída de -0.1%. El Reino Unido
también será afectado por una recesión, variando su PIB este año en -0.3%.
América Latina y el Caribe arrojará una expansión de 1.6%, contrastando
con el 4% que alcanzó en 2022. Ese dato implica que casi todos los países de la
región exhibirán descensos en su ritmo de crecimiento económico.
La República Dominicana crecerá 4.2% en este año, reduciéndose su tasa en
0.7 puntos porcentuales con relación al 2022. Panamá crecerá 5%, cinco puntos
porcentuales menos que el año pasado. Honduras lo hará en 3.7%, 0.3 puntos
porcentuales menos; Guatemala se expandirá en 3.4%, 0.6 puntos porcentuales
menos; Nicaragua 3%, un punto porcentual por debajo; Costa Rica crecerá 2.7%, 1.6
puntos por debajo; y El Salvador se expandirá 2.4%, 0.4 puntos porcentuales menos.
El menor ritmo de crecimiento de la economía global está asociado a los
efectos negativos de la guerra de Rusia en Ucrania, los coletazos de la
pandemia del Covid-19, el aumento de las tasas de interés -en un entorno
caracterizado por mayor endeudamiento público y privado- y la turbulencia
bancaria. Mientras más difícil sea reducir la tasa de inflación subyacente, que
es la que está más relacionada con la política monetaria, más intenso será el impacto
negativo sobre el comportamiento de la demanda agregada y, por tanto, sobre el
crecimiento del producto interno bruto.
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