[Escrito el 20 de enero de 2021]
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos de
América, es un hombre que ha hecho historia. A su larga y exitosa carrera en el
Senado se le añade haber sido un vicepresidente fiel y eficiente de Barack
Obama, primer mandatario de color en ese poderoso país. Y ahora, es el
presidente que tiene como responsabilidad reconciliar al pueblo estadounidense,
acompañado de Kamala Harris, la primera mujer que ocupa la oficina del
vicepresidente de los Estados Unidos.
El presidente Biden, conocedor de la sociedad
americana, envió a su pueblo un mensaje de reconciliación, promotor de la
unidad de sus conciudadanos. Así lo dejó claro en su discurso de toma de
posesión: “Sin unidad no hay paz.” El sabe que, a pesar de tener mayoría en el
Congreso, necesita del apoyo republicano para ejecutar políticas encaminadas al
progreso económico y social de la nación.
Los Estados Unidos necesitan continuar el
proceso de recuperación económica. En ese sentido, se espera que este gobierno
demócrata ejecute políticas económicas que permitan la creación de empleo y la
recuperación de las actividades productivas. Para eso es clave que aprueben ayudas
económicas adicionales y que se acelere el proceso de vacunación de su
población, lo cual es una prioridad del gobierno demócrata que hoy se inicia. Y
en lo que eso ocurre, hay que evitar que continúe la propagación del covid-19,
por lo cual, como era de esperar, una de sus primeras órdenes ejecutivas
establecerá la obligatoriedad del uso de las mascarillas en las propiedades
federales.
El ascenso de Biden al poder ha sido celebrado
por los principales líderes a nivel global. Muchos de ellos han señalado que
Estados Unidos está de regreso. Y así lo demostrarán las ordenes ejecutivas que
permitirán el reingreso de esa nación a la OMS y al Acuerdo de París. No
obstante, algunos miembros del partido Republicano piensan que ese último
acuerdo significará la pérdida de empleos. Ante ese tipo de críticas, el
presidente Biden tendrá que saber caminar sobre la cuerda floja que implica torear
las presiones de los miembros del ala más liberal de su partido, quienes serán
muy exigentes en materia de medio ambiente e impuestos.
La combinación de decencia y bonhomía en el
presidente Biden le permitirá ser más condescendiente con las minorías y los
inmigrantes que llegan a ese país a trabajar honradamente. Se ha señalado que
Biden fortalecerá el programa que protegió a los inmigrantes indocumentados más
jóvenes de ser deportados, y apoyará que se apruebe una ley que facilite la
ciudadanía a más de 11 millones de inmigrantes que carecen de un estatus legal
permanente. Una Casa Blanca más amigable para los inmigrantes, en particular
los latinos, será muy positivo para los más de dos millones de dominicanos que
viven en ese país y que son clave para la economía dominicana.
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