[Escrito el 15 de diciembre de 2020]
El gobierno del presidente Luis Abinader reconoció hoy [ayer] que se equivocó cuando señaló que tenía bajo control el Covid-19. En el decreto presidencial 698-20 se indica que, “debido al actual incremento exponencial en la propagación de la enfermedad tanto a nivel nacional como internacional, es necesario reforzar el toque de queda y demás medidas de distanciamiento social adoptadas en el marco del estado de emergencia.”
El citado decreto establece un nuevo horario de
toque de queda que va de 7 de la noche a 5 de la mañana, en el Distrito
Nacional, Provincia de Santo Domingo, Santiago y otras provincias. No obstante,
los técnicos gubernamentales recomendaron, y así se aprobó, que habrá libre
tránsito hasta las 9 de la noche, para asegurar que las personas puedan llegar
a sus casas sin contratiempos. Esa decisión significa que se permitirá por dos
horas más el movimiento de personas, lo cual es prácticamente lo mismo que
existe en la actualidad, con la diferencia de que queda prohibida la venta de
bebidas alcohólicas a partir de las 6 de la tarde.
Ayer presenté el vertiginoso aumento de la
cantidad de personas contagiadas diariamente. Entre el 16 de noviembre, fecha
en que el presidente Abinader dijo que el Covid-19 estaba bajo control, y el 13
de diciembre, la cantidad de contagios por día se incrementó en un 70%. Ese
comportamiento está muy lejos de lo que significa tener una enfermedad
contagiosa bajo control.
Ese ritmo de contagio ha provocado un aumento
de la cantidad de personas actualmente enfermas de Covid-19. Al 14 de
diciembre, el total de personas activas, es decir con capacidad de contagiar a
otras, es de 32,107, lo cual representa un aumento de 10,461 personas con
relación a la cantidad de activos existentes el día en que el presidente
Abinader dijo que el Covid-19 estaba bajo control.
El aumento de personas activas significa que la
probabilidad de que otras personas sean contagiadas de ese virus es mayor. Asimismo,
a mayor cantidad de activos, mayor es la presión sobre los servicios de salud,
tanto los provistos por el sector público como por el sector privado. Debemos
aprender de la triste experiencia de países, en que sus médicos han tenido que
decidir quién vive y quien muere por la ausencia de suficientes instalaciones y
equipos de atención intensiva.
La población no puede descuidarse. Ayer
recomendé que únicamente se escuchara a los científicos, quienes recomiendan el
distanciamiento social y el uso de mascarillas para evitar el contagio. Nadie
tiene bajo control el Covid-19, mucho menos los políticos dominicanos. Solo la
vacuna podrá controlar esa enfermedad.
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