viernes, 4 de diciembre de 2020

Reforma tributaria y calificación crediticia

[Escrito el 3 de diciembre de 2020]

Las calificadoras de riesgo han ratificado la calificación de la República Dominicana. En el caso de S&P Global Ratings (S&P) ha mantenido la calificación BB-/B con perspectivas negativas. Esto significa que, en el contexto de recesión económica actual, si no se ejecutan las reformas estructurales podría haber un deterioro de las cuentas fiscales y externas, repercutiendo negativamente sobre la capacidad de pago de la deuda pública.

La perspectiva negativa implica que S&P puede reducir la calificación de la República Dominicana entre los próximos seis y 18 meses. El futuro de la calificación dependerá de tres eventos.

El primer evento, aun cuando S&P no lo dice explícitamente en su reporte, es que se cumpla en 2021 el déficit fiscal de 3% del PIB, el cual es un gran reto, pues implica una reducción de más de seis puntos porcentuales del PIB con relación al nivel registrado en 2020. Si hacia mediados de año se observa que el déficit público oscilara entre 5% del PIB y 6% del PIB, es muy probable que S&P rebaje la calificación de la deuda de largo y de corto plazo.

La reforma tributaria es el segundo evento que debe cumplirse para que se mantenga la calificación crediticia. El gobierno del presidente Abinader se comprometió a discutir y aprobar a mediados del año próximo la reforma fiscal, con el objetivo de aumentar los ingresos tributarios y disminuir de manera permanente, es decir, a partir del año 2022, el déficit del sector público no financiero. Según S&P: “Podríamos bajar las calificaciones si el gobierno no puede aprobar reformas para frenar el déficit fiscal, que de lo contrario podría conducir a un aumento sustancial de la deuda externa.”

Un crecimiento económico menor al esperado es el tercer evento que pudiera deteriorar la calificación crediticia del gobierno dominicano. S&P ha indicado que si los choques externos o la pandemia del Covid-19 limitan el crecimiento actual y/o potencial reduciría la calificación. Esto se explica debido a que el crecimiento del PIB es un factor clave para colocar la deuda pública, como porcentaje del PIB, en una trayectoria sostenible en el largo plazo.

Hay que destacar que la calificación de BB- refleja, según lo indica el reporte de S&P, el rápido ritmo de crecimiento de la última década y la resiliencia de la economía dominicana, tal como señalé en el comentario del pasado lunes. Si el presidente Abinader utiliza la mayoría que tiene el PRM en el Congreso para aprobar la reforma fiscal, los fundamentos macroeconómicos se fortalecerían, mejorando así la calificación crediticia del gobierno dominicano.

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