[Escrito el 3 de diciembre de 2020]
Las calificadoras de riesgo han ratificado la
calificación de la República Dominicana. En el caso de S&P Global Ratings (S&P) ha mantenido la
calificación BB-/B con perspectivas negativas. Esto significa que, en el
contexto de recesión económica actual, si no se ejecutan las reformas
estructurales podría haber un deterioro de las cuentas fiscales y externas,
repercutiendo negativamente sobre la capacidad de pago de la deuda pública.
La perspectiva negativa implica que S&P
puede reducir la calificación de la República Dominicana entre los próximos
seis y 18 meses. El futuro de la calificación dependerá de tres eventos.
El primer evento, aun cuando S&P no lo dice
explícitamente en su reporte, es que se cumpla en 2021 el déficit fiscal de 3%
del PIB, el cual es un gran reto, pues implica una reducción de más de seis
puntos porcentuales del PIB con relación al nivel registrado en 2020. Si hacia
mediados de año se observa que el déficit público oscilara entre 5% del PIB y
6% del PIB, es muy probable que S&P rebaje la calificación de la deuda de
largo y de corto plazo.
La reforma tributaria es el segundo evento que
debe cumplirse para que se mantenga la calificación crediticia. El gobierno del
presidente Abinader se comprometió a discutir y aprobar a mediados del año
próximo la reforma fiscal, con el objetivo de aumentar los ingresos tributarios
y disminuir de manera permanente, es decir, a partir del año 2022, el déficit
del sector público no financiero. Según S&P: “Podríamos bajar las
calificaciones si el gobierno no puede aprobar reformas para frenar el déficit
fiscal, que de lo contrario podría conducir a un aumento sustancial de la deuda
externa.”
Un crecimiento económico menor al esperado es
el tercer evento que pudiera deteriorar la calificación crediticia del gobierno
dominicano. S&P ha indicado que si los choques externos o la pandemia del
Covid-19 limitan el crecimiento actual y/o potencial reduciría la calificación.
Esto se explica debido a que el crecimiento del PIB es un factor clave para
colocar la deuda pública, como porcentaje del PIB, en una trayectoria
sostenible en el largo plazo.
Hay que destacar que la calificación de BB-
refleja, según lo indica el reporte de S&P, el rápido ritmo de crecimiento
de la última década y la resiliencia de la economía dominicana, tal como señalé
en el comentario del pasado lunes. Si el presidente Abinader utiliza la mayoría
que tiene el PRM en el Congreso para aprobar la reforma fiscal, los fundamentos
macroeconómicos se fortalecerían, mejorando así la calificación crediticia del
gobierno dominicano.
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