[Escrito el 28 de diciembre de 2020]
El 16 de noviembre de 2020 el presidente
Abinader declaró que el Covid-19 estaba bajo control en la República
Dominicana. Inmediatamente rebatí esa afirmación, comentando el 18 de noviembre
que en Estados Unidos y Europa se estaba registrando una segunda ola más severa
que la primera. A pesar de mi advertencia, el gobierno no hizo nada.
El 14 de diciembre presenté una gráfica del incremento de los casos de contagio diario, en la cual se identificaba el inicio de la segunda ola en la República Dominicana. El 15 de diciembre el gobierno comenzó a reconocer que se había equivocado al decir que tenía el Covid-19 bajo control, pues emitió el decreto 698-20 en el cual se estableció que “debido al actual incremento exponencial en la propagación de la enfermedad tanto a nivel nacional como internacional, es necesario reforzar el toque de queda y demás medidas de distanciamiento social adoptadas en el marco del estado de emergencia.” No obstante, y de manera inexplicable, el presidente Abinader, en una entrevista concedida hace unos días al periódico español El País, reiteró que “tenemos la pandemia bajo control.”
Entre el 16 de noviembre, fecha en que el presidente Abinader dijo, por primera vez, que el Covid-19 estaba bajo control, y el 27 de diciembre, la cantidad de activos identificados se incrementó en un 65%, al pasar de 21,646 personas a 35,695 personas. Y en ese mismo período, la tasa de positividad se incrementó en más del doble, al pasar de 15.3% a un 31.4%. Ese comportamiento está muy lejos de lo que significa tener una enfermedad contagiosa bajo control.
Ante esos resultados, la Sociedad de
Infectología hizo ayer una declaración contundente: “No es verdad que el
Covid-19 está controlado.” La doctora Rita Rojas, presidenta de esa sociedad,
indicó que “el hecho de que tengamos camas en UCI y ventiladores no quiere
decir que nosotros lo estamos haciendo bien, yo pienso que lo estamos haciendo
muy mal.” Y tiene razón, las declaraciones del presidente Abinader crearon la percepción
de una falsa seguridad, lo cual provocó que las personas, al pensar que el
gobierno tenía bajo control el Covid-19, descuidara las medidas de
distanciamiento social y de uso de mascarillas.
Ayer, la Vicepresidencia de la República y el
Ministerio de Salud Pública, contradiciendo la opinión presidencial, han
reconocido que la situación del Covid-19 es alarmante.
Dada esa preocupante realidad, vuelvo a recomendar que, en las fiestas de fin de año, no salgan mucho, pásenla con su familia más cercana y, sobre todo, protejan a sus seres queridos más vulnerables. Escuchen a los científicos, quienes opinan que la enfermedad sólo estará bajo control, cuando se haya aplicado la vacuna, no antes. Los políticos lo que han hecho, en su mayoría, es equivocarse con relación a la gestión de la pandemia del Covid-19.
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