[Escrito el 21 de diciembre de 2020]
El presidente Luis Abinader anunció la semana
pasada que su gobierno extenderá la modalidad 1 del Fondo de Asistencia
Solidaria al Empleado, que se conoce como FASE 1, hasta abril de 2021. Esa
decisión, la cual se la habíamos recomendado hace más de dos meses, es un paso
hacia la dirección correcta, pero no es suficiente.
La decisión de mantener FASE 1 es correcta,
pues evitará que más de 300 mil trabajadores que se encuentran actualmente suspendidos
por la pandemia pierdan su empleo. Esas personas, que se definen como ocupados
ausentes por la OIT y reciben mensualmente del gobierno un pago de 8,500 pesos,
pertenecen en su mayoría al sector formal y, en particular, a las actividades
más impactadas por el distanciamiento social y las restricciones a la movilidad
internacional, como las vinculadas a hoteles, bares y restaurantes.
Si el gobierno hubiese eliminado en enero de
2021 ese programa, tal como había sido anunciado hace semanas por el presidente
Abinader y el ministro de Hacienda, no cabe duda de que las empresas acogidas a
ese programa de ayuda hubiesen tenido que despedir a todo ese personal. Dado
que la economía crea anualmente alrededor de cien mil puestos de trabajo, se
puede señalar que el despedido de más de 300 mil personas significaría un
retroceso de más de tres años en el mercado laboral.
El gobierno debe también extender FASE 2, el
cual consiste en un apoyo directo al trabajador activo por un monto de 5 mil
pesos, reduciendo en esa misma suma la cantidad que debe pagar por concepto de
nómina la empresa. Ese programa es una política de apoyo a la economía por el
lado de la oferta, pues permite que las empresas, que han sido impactadas negativamente
por la pandemia, mantengan a ese personal laborando, aun cuando se haya
reducido su nivel de producción y/o ventas.
El gobierno debe tomar en consideración que la disminución
de los ingresos y del valor agregado de las empresas, significa la disminución
de la productividad media del empleado. En consecuencia, si se elimina FASE 2
la empresa se verá en la obligación de despedir trabajadores, para aumentar así
la productividad media de las personas que queden en nómina. Por otro lado, debe
tomarse en consideración que el pago de las prestaciones laborales tenderá a
descapitalizar las empresas, elevando su probabilidad de quiebra. Esto podría
impactar negativamente la calidad de la cartera del sistema financiero
dominicano.
Ante ese muy probable evento, y dada la
restricción presupuestaria de 2021, le recomiendo al presidente Abinader que
mantenga vigente hasta abril el programa FASE 2, sólo para las mipymes que
hayan registrado una reducción superior a un 10% de sus ventas con relación al
promedio alcanzado en 2019. Esa decisión será muy positiva para muchos
perceptores de ingresos con bajos niveles de renta.
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