[Escrito el 6 de septiembre de 2022]
El principal problema económico que afecta al mundo es la inflación, que
se define como la variación del índice de precios al consumidor. Ante ese
evento que deteriora el nivel de bienestar de la gente, los bancos centrales de
los países desarrollados (e.g., Estados Unidos, Reino Unido, Eurozona) y de los
países emergentes (e.g., Chile, Brasil, Colombia) están ejecutando medidas de
política monetaria con el objetivo de reducirla.
En el caso de la Republica Dominicana, el Banco Central inició en
noviembre de 2021 el cambio de postura de política monetaria hacia una más
neutral. A partir de ese mes se ha ido incrementado la tasa de interés de
referencia, que influye directamente sobre las tasas de interés activas y
pasivas del sistema financiero nacional, con el objetivo de alcanzar un nivel
compatible con una menor tasa de inflación interanual, que llegó a 9.64% en
abril de 2022.
Dada la expectativa de inflación para los próximos doce meses, que se
sitúa en el entorno de 6.8%, sumada a la tasa de interés neutral real de 2%, se
tiene que el nivel de la tasa de interés neutral es igual a 8.8%. Si se toma en
consideración que entre noviembre del año pasado y agosto de 2022, la tasa de
interés de referencia del Banco Central se ha incrementado en 500 puntos básicos,
pasando de 3% a 8%, se puede señalar que las autoridades han ido llevando
gradualmente la política monetaria a una postura que reducirá la tasa de
inflación.
En un informe publicado hoy por el Banco Central sobre la evolución de
los precios se confirmó que la lucha contra la inflación sigue dando frutos. Al
mes de agosto, la tasa de inflación interanual se colocó en 8.8%, acentuándose
la tendencia descendente que se inició en abril pasado. Los subsidios a los
combustibles y la apreciación del peso, reflejo de la credibilidad de la
política monetaria ejecutada por el gobernador Héctor Valdez, han sido clave
para amortiguar el efecto de la inflación importada.
El IPC de agosto se incrementó en 0.21%, la menor variación desde mayo
de 2020, período en que se estaba en medio de la depresión económica provocada
por la pandemia del covid-19. Si se elimina ese período, la tasa de inflación del
mes pasado es la menor desde diciembre de 2019, cuando arrojó un 0.2%. Para que
se vea la importancia de haber alcanzado un crecimiento del IPC de apenas 0.21%
basta decir que, si se anualiza esa variación, la tasa de inflación sería 2.5%.
La inflación subyacente, que excluye los combustibles, la tarifa eléctrica
y algunos alimentos, pero que tiene más persistencia por incluir efectos de
segunda vuelta, registró una variación interanual a agosto de 7.12%. En ese mes
la tasa de inflación subyacente fue de 0.53%, equivalente a una tasa anualizada
de 6.5%. Estoy seguro de que Valdez la tiene en la mirilla.
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