[Escrito el 28 de septiembre de 2022]
En el Reino Unido acaba de ocurrir un choque de trenes. El ministerio de
Hacienda, con su propuesta de reforma tributaria, provocó una turbulencia
económica que obligó al Banco de Inglaterra a tomar medidas monetarias que van
en contra de su objetivo de reducir la inflación.
Hace unos días el ministro de Hacienda Kwasi Kwarteng presentó su
programa de recorte de impuestos con el objetivo de promover la economía por el
lado de la oferta. Esa política busca estimular la productividad, la
competitividad y el crecimiento económico, tal como hizo en los Estados Unidos
el presidente Ronald Reagan con su rebaja de impuestos en los años ochenta.
En el corto plazo, esa reforma tributaria y el subsidio a la factura
eléctrica se traducirán en un mayor déficit fiscal que obligará al gobierno a
emitir más deuda. Ese anuncio provocó la disminución del precio de los títulos
de deuda pública, aumentando en pocos días la tasa de rendimiento de los
títulos a 10 años de 3.3% a 4.5%.
El portafolio de ese tipo de instrumentos de deuda registró una significativa
pérdida de valor de mercado, perjudicando a los fondos de pensiones que poseen
en su haber títulos de deuda a 30 años. La turbulencia macroeconómica provocó además
que la cotización de la libra esterlina cayera frente al dólar a nivel récord
de 1.03, situándose hoy en 1.08 dólares por libra.
Ante esos bruscos movimientos cambiarios y de tasas de interés, el Banco
de Inglaterra anunció hoy que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para
recuperar la estabilidad de los mercados. La primera medida es comprar bonos
con vencimiento a largo plazo por la suma de 65 mil millones de libras
esterlinas. El objetivo de esa medida es evitar una crisis en el mercado de
deuda pública.
Cabe recordar que ese banco central está concentrado en la reducción de
inflación que se situó en agosto en términos interanuales en 9.9%. La semana
pasada incrementó en 50 puntos básicos la tasa de interés de referencia,
situándola en 2.25%. Y se anunció que comenzaría a vender parte de su tenencia
de bonos con el objetivo de reducir la liquidez en la economía.
¿Es compatible lo que hizo la semana pasada el Banco de Inglaterra para
reducir la inflación con lo que anunció hoy? La respuesta es un contundente no.
Basta con decir que ese organismo monetario suspendió hoy su programa de venta
de bonos que había previsto ejecutar.
El Fondo Monetario Internacional criticó la política fiscal del gobierno
que encabeza la primera ministra Liz Truss. De acuerdo con el Fondo, esa
propuesta de recorte fiscal, que beneficia a los grandes contribuyentes,
provocará un aumento del costo de la vida y acentuará la desigualdad de
ingresos.
Algunos piensan que ese choque de trenes provocará la caída del gobierno
de Truss. Ya se verá en las próximas semanas si la estrategia del ministro de
Hacienda Kwarteng, de sentarse a esperar a que los mercados se calmen, es la
adecuada. Mientras tanto, Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra,
ha salido al ruedo a sacarle las castañas del fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario