[Escrito el 6 de octubre de 2020]
El gobierno del presidente Luis Abinader ha
descontinuado las visitas sorpresa, pero eso no significa que haya perdido la
capacidad de dar una que otra sorpresa a los dominicanos. A finales de la
semana pasada lo demostró, enviando al Congreso Nacional una reforma tributaria
sorpresa, enclavada en el Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado
para el año 2021.
Lamentablemente, esa reforma tributaria es un
golpe directo a la clase media, sobre cuyos hombros recaerán los nuevos
tributos y contribuciones. Esto es grave, si se toma en consideración que el
PIB está decreciendo un 8% y que hace unos días el presidente Abinader anunció
que a partir de enero desmontaría el programa FASE, lo cual eleva la
probabilidad de que miembros de la clase media sean despedidos y pierdan sus
ingresos laborales.
De manera ilegal e inconstitucional, la reforma
tributaria sorpresa intenta gravar el salario de Navidad de los dominicanos. Es
una pena que ninguno de los miembros de este gobierno participara en las
discusiones que culminaron en el Código de Trabajo en 1992. Si hubiesen
participado, recordarían que la exención del salario de Navidad es una
conquista de los trabajadores dominicanos, alcanzada durante los meses en que
se discutía simultáneamente el Código Tributario.
El impuesto de un 3% sobre las operaciones o
consumos en moneda extranjera con tarjetas de crédito, débito o transferencias,
y el impuesto del 18% sobre los servicios digitales recaerán sobre la clase
media, pues los ricos tienen la forma de eludirlo y su peso no es significativo
en su consumo total.
El impuesto de un 1% sobre los activos
financieros netos de las entidades de intermediación financiera merece una atención
especial. El efecto de esa medida será un aumento de la tasa de interés de los
préstamos y una reducción de la tasa de interés de los depósitos. Nuevamente,
la clase media será la más perjudicada, pues los ricos ahorran y toman
préstamos en el extranjero.
Por último, quiero resaltar el hecho de que esa
reforma tributaria no se necesita, pues existen otras fuentes de recursos menos
traumáticas para la población. Cabe recordar, que los hoy ministros revelaron
durante la campaña electoral que se ahorrarían 189 mil millones de pesos al año
al eliminar la corrupción. En consecuencia, 42 días de ahorro por ese concepto
serán suficientes para compensar los 21,676.4 millones de pesos que se
obtendrían con la reforma tributaria sorpresa. Ante esa realidad, le recomiendo
al presidente Abinader que la retire del Congreso Nacional.
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