España necesita acelerar su crecimiento económico y crear
empleos. De acuerdo a los estimados del FMI, el PIB español crecerá en 1% en el
2015, colocándose la tasa de desempleo en 24.9%.
Ante la imposibilidad de devaluar su moneda, pues no tiene
moneda propia, España está adoptando medidas tributarias para mejorar su
competitividad.
Una de ellas es la reducción de la tasa de impuesto de
sociedades. Actualmente la tasa de ese impuesto es de un 30% y se reducirá el
año que viene a un 28%, colocándose en el año 2016 en un 25%.
Las pequeñas y medianas empresas tendrán una tasa de
impuesto sobre la renta de un 25% y los nuevos emprendedores de un 15%. La meta
de esas medidas es promover el establecimiento de nuevos negocios y la
expansión de las pymes para que así se pueda crear empleo y mejorar las
condiciones de vida, en particular, la de los más jóvenes quienes son los más
afectados por el desempleo.
Para evitar que esa rebaja impositiva deteriore el saldo de
las finanzas públicas las autoridades españolas limitarán algunas deducciones
que actualmente benefician a personas físicas y a empresas. En particular, se
reducen las deducciones permitidas por alquiler de vivienda, se suprime la
deducción de 1,500 euros sobre dividendos y se limita la deducción por pérdidas
de períodos anteriores a un 60%.
No obstante, en términos netos la reforma tributaria mejorará
el flujo de efectivo de los negocios, elevándose su capacidad de crecer y crear
empleos.
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