Tal como había pronosticado el aumento salarial no superó el
15%. Después de 5 meses de negociaciones los trabajadores y los patronos acordaron
un incremento de un 14% al salario mínimo.
Ahí reside la importancia de las reglas. Si existiese una
regla que estableciera que el salario mínimo se ajusta por la inflación
acumulada (e.g., 9%) más la variación de la productividad laboral (e.g., 3%) promedio
se evitaría el costo que implica meses
de negociación.
La pregunta que habría que hacerse es si esa es la regla
óptima. ¿Qué es mejor, ajustar los salarios a la inflación pasada o ajustarlos
a la inflación futura? La respuesta depende de la reacción de los precios a los
incrementos de los costos laborales.
Si los precios se ajustan en el mismo porcentaje que los
salarios se tendría que, bajo la primera regla, la tasa de inflación futura
tendería a replicar el comportamiento de la pasada, creándose un proceso de inflación inercial.
En cambio, si los salarios se ajustan a la meta de inflación
futura establecida por el Banco Central, se lograría que las variaciones de
precios converjan a lo que sería esa meta de inflación, situándose en el
entorno del 5%.
Las ventajas de una menor tasa de inflación son menores tasas
de interés, mayor plazo de vencimiento de los préstamos y, sobre todo, mayor
estabilidad del tipo de cambio.
Este procedimiento lo usan en Europa desde los años 70s, sobre todo en Francia. Ajuste automático según la inflación, ahora tu le sumas la productividad.
ResponderEliminar