El gobierno haitiano continúa prohibiendo importaciones de
bienes producidos en la República Dominicana. En el pasado le prohibió la
entrada al salami, luego al pollo y a los huevos, hoy le toca a los productos
de plástico.
El Foro Económico del Sector Privado de Haití exhortó a su
gobierno a “aumentar el control de las mercancías que atraviesan regularmente
la frontera reforzando las estructuras aduaneras establecidas” y a “abrir
puestos sanitarios y fitosanitarios capaces de controlar las mercancías que
presentan riesgo para la salud.”
Ese tipo de trabas no arancelarias son totalmente
incompatibles con los acuerdos que administra la Organización Mundial del
Comercio. Pero lo peor es que esas trabas al comercio perjudican tanto al
productor –en este caso- dominicano, como al consumidor haitiano.
Lamentablemente eso parece no importarle al gobierno
haitiano, el cual no tiene justificación para prohibir el comercio con el país
que más beneficios le brinda a su economía. Es preciso recordarle a ese
gobierno que en la República Dominicana hay cientos de miles de haitianos que
envían todos los meses remesas a sus familiares y que, gracias a esos recursos,
mejoran sus condiciones de vida.
El gobierno haitiano debe recordar que el 95% de los
haitianos en territorio dominicano tiene una condición migratoria irregular. ¿Se
imaginan que sucedería en Haití si los dominicanos hacen valer su legislación
migratoria? ¿Por qué si los haitianos solicitan a su gobierno reforzar las
estructuras aduaneras para evitar la entrada de productos dominicanos, el
gobierno de la República Dominicana no responde reforzando su frontera para
evitar el tránsito de ilegales haitianos?
La solución a las restricciones a los productos dominicanos se
encuentra en la firma de un acuerdo de libre comercio. Las autoridades
dominicanas deben enviar un mensaje contundente a las haitianas. Antes de
permitir un nuevo trabajador haitiano en territorio dominicano es
imprescindible permitir el libre flujo de bienes.
Así se hizo en Europa. Antes de permitir el libre tránsito
de trabajadores entre países se promovió y aprobó la Unión aduanera. De esa
manera ya no habría más prohibiciones a la entrada de productos dominicanos en
Haití. Y mientras eso sucede, que las embajadas dominicanas se encarguen de
promover las exportaciones nacionales en otros mercados más grandes y
rentables.
Hola Jaime, buenos días.
ResponderEliminarLa gente hace su conducta usando los modelos que vio usar, puede mezclar motivos recientes, pero siempre del mismo modo que vio hacer.
Se dice que la rencilla entre los dos países: Dominicana y Haití, ya fue resuelta. Ni hablar, para muestra se tiene este caso.
El laberinto del pasado se impone y obliga a la gente a buscar salidas perdiéndose en numerosas entradas sin salida.
En conclusión que hay que aprender a actuar sin el avivatismo y sin el laberinto del pasado. Claro del pasado que limitado que se enfoca en cada ocasión.
Lo aclaro. La gente no vive mirando la realidad total, sino la enfoca a conveniencia.
Más bien son el 98 a 99% de ilegales haitianos que hay en RD; si empezamos a aplicar la couta laboral del 80% mano de obra dominicana, baja la criminalidad. Y un respiro para la economía nacional. A ver si la suben a un 95% la mano de obra dominicana y finalmente, que se expulsen los 2.3 millones de haitianos.
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