viernes, 12 de julio de 2013

El costo de huracanes y tormentas

La República Dominicana es azotada periódicamente por poderosos huracanes y tormentas.

El costo de esos fenómenos naturales es enorme. Además de las pérdidas de vidas humanas, los huracanes destruyen explotaciones agropecuarias  y deterioran infraestructuras –como las instalaciones eléctricas, hoteles y fábricas- indispensables para la generación de ingresos.

Sus efectos negativos también provocan  pérdida de riqueza. Los ricos pierden el techo de sus villas. Los pobres toda su vivienda y enseres del hogar.

La Comisión Económica para América Latina estimó  en 2,553 millones de dólares las pérdidas económicas provocadas por el huracán Georges y en 2,175 millones de dólares el costo de David y Federico, cifras expresadas en dólares de 2004.

La reacción gubernamental ante esos desastres combina un incremento del gasto público, tanto de capital como corriente, con una política monetaria expansiva.

Recuerdo las acciones tomadas en 1998 ante el paso del huracán Georges. Danilo Medina, en el Palacio Nacional, coordinó las acciones tomadas por la Presidencia de la República. Héctor Valdez, en el Banco Central, mantuvo un  control firme de la economía y puso en marcha un amplio programa de créditos para el sector público y privado para facilitar la reconstrucción del país. Y Radhamés Segura, en la Corporación Dominicana de Electricidad, levantó el sistema eléctrico nacional en un tiempo record.

Ese año 1998, a pesar de Georges, el PIB creció un 7.3% y la tasa de inflación fue de un 7.8%. Una muestra de que ni siquiera los huracanes pueden doblegar  la voluntad del pueblo dominicano, en especial cuando se decide trabajar por el bien del país. 

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