viernes, 16 de junio de 2023

Tres movimientos monetarios distintos

[Escrito el 15 de junio de 2023]

Durante esta semana, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco Popular de China tomaron decisiones monetarias muy diferentes, pero justificables en cada caso. 

La Reserva Federal dejó inalterada la tasa de política monetaria en el rango que va de 5% a 5.25%. En ese caso, dado que la tasa de inflación interanual a mayo se colocó en 4% y que la expectativa de inflación para los próximos doce meses se situó en 2.66%, se puede señalar que la tasa de interés de referencia en términos reales se encuentra en territorio positivo. Por ese motivo, las autoridades monetarias decidieron pausar los aumentos de tasas de interés y esperar nueva información sobre el desempeño económico y el mercado laboral.

Si la economía, cuyo crecimiento se pronostica en 1% para este año, sigue enfriándose y se acelera la convergencia de la inflación hacia la meta del 2%, es altamente probable que la Reserva Federal no aumente en julio la tasa de interés. En cambio, si la inflación no baja lo suficiente y el mercado laboral sigue muy caliente y con variaciones salariales que presionan hacia arriba los costos laborales, sería un evento casi seguro que se decida aumentar la tasa de interés, tal como señaló Jerome Powell en su más reciente intervención.

El Banco Central Europeo incrementó en 25 puntos básicos su tasa de interés de referencia, llevándola a 3.5%, el nivel más elevado en 22 años. Christine Lagarde dejó claro que en la reunión de julio se aprobaría un nuevo aumento, a menos que haya un “cambio sustancial” en los datos económicos. Esa acción se justifica porque la tasa de inflación interanual a mayo en la eurozona fue de 6.1%, proyectándose que cerrará el año en 5.4%, lo que significa que la tasa de interés de referencia real se encuentra en territorio negativo, implicando que la postura monetaria no tiene todavía un nivel restrictivo.

Lamentablemente, los próximos aumentos de tasas de interés del Banco Central Europeo presionarán hacia abajo la economía de la eurozona, que ya se encuentra en recesión técnica por los choques de oferta que la han impactado. Se pronostica -en el mejor de los casos- que la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) pase de 3.5% en 2022 a 0.9% en 2023.

En contraste, el Banco Popular de China decidió recortar la tasa de interés de política y liberar recursos monetarios para estimular su economía. Esa entidad bancaria redujo de 2% a 1.9% su tasa de préstamos y liberó liquidez para ser colocada a través del sistema financiero a menores tasas de interés. El objetivo de esa política monetaria es estimular el consumo y la inversión de los agentes económicos para que el PIB acelere su ritmo de crecimiento en la segunda parte de 2023. 

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