jueves, 4 de febrero de 2016

Medidas laborales para reducir la pobreza

[Escito el 4 de febrero de 2016]

La evidencia empírica revela que la mejor forma de reducir la incidencia de la pobreza es mediante el aumento del ingreso laboral promedio de los hogares.

Al descomponer los ingresos se observa que en un hogar promedio el ingreso laboral representa más de dos terceras partes de los recursos que percibe el hogar. Las transferencias nacionales e internacionales, públicas y privadas, constituyen la segunda fuente de ingresos. En un hogar pobre el ingreso laboral apenas supera el 50% de los recursos de la familia. En consecuencia, un aumento de esos ingresos se traduciría en una reducción de la cantidad de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.

Una reforma laboral, que flexibilice el mercado de trabajo, aumentaría el ingreso del trabajador. El caso alemán ilustra las ventajas de tener flexibilidad en la tanda de trabajo. Una persona, que está desempleada, podría conseguir un trabajo de medio tiempo adecuando su oferta laboral a la demanda que tienen las empresas durante ese día. Esa flexibilidad aumentaría el ingreso disponible de los hogares, pues los hijos que van a la universidad pudieran conseguir un trabajo a medio tiempo, reduciéndose la incidencia de la pobreza.


La eliminación del salario mínimo para los jóvenes facilitaría su entrada al mercado de trabajo. Asimismo, la eliminación del aporte del empleador por concepto de pensiones para los jóvenes entre 18 y 23 años reduciría en un 7% el costo de emplear ese tipo de mano de obra, promoviendo así un aumento del ingreso laboral de la familia. Esto se traduciría en mayor bienestar y menor pobreza. 

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