Desde hace meses los
restaurantes de comida rápida en los Estados Unidos enfrentan presiones de sus
empleados, quienes solicitan un aumento de su salario mínimo que lo lleve de 8 a
15 dólares por hora.
Ese salario sería un
50% más elevado que el mínimo propuesto por el presidente Barack Obama al
Congreso Estadounidense.
Los representantes de
esa industria, que emplea a más de 13 millones de personas en los Estados
Unidos, señalan que ese salario mínimo atentaría contra su competitividad y
rentabilidad.
McDonald's es la
cadena de restaurantes de comida rápida más grande del mundo, con 35 mil
locales, 70 millones de clientes diarios e ingresos anuales ascendentes a 28
mil millones de dólares; cifra equivalente a un 50% del PIB de la República
Dominicana.
Los ejecutivos de esa
empresa afirman que el salario que pagan es justo y competitivo. Y sostienen
que esa compañía es “la puerta de
entrada al mercado laboral de una gran cantidad de jóvenes sin experiencia.” Un
tercio de sus empleados tiene una edad comprendida entre 15 y 19 años, y el 70%
tiene un trabajo a tiempo parcial. Esto le permite trabajar y estudiar simultáneamente.
Para entender este
caso de lucha laboral hay que tomar en consideración que el salario depende de
la productividad del trabajador. Si se establece un salario mínimo por encima
de esa productividad, la empresa sustituiría al empleado por una máquina y, si
no puede sustituirlo, terminaría cerrando sus puertas.
Así que, si se desea
aumentar el salario, habría que elevar el nivel educativo para que las personas
puedan trabajar en otro oficio.
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