[Escrito el 17 de marzo de 2021]
Antonio Almonte, el ministro de Energía y Minas del gobierno de Abinader, declaró el mes pasado que el fabricante de la caldera de la Central Eléctrica Punta Catalina le había informado que la potencia bruta de cada unidad es de 360 MW y no de 376 MW. El 8 de febrero le respondí que esa afirmación es, y sigue siendo, totalmente falsa y absurda.
Para sostener mi argumento utilicé los
resultados del informe de McHale & Associates sobre las pruebas de
desempeño de cada una de las unidades de Punta Catalina. Esa prestigiosa
empresa estadounidense demostró, realizando las pruebas de acuerdo con las
normas ASME PTC 46, que la Unidad 1 tiene una potencia neta de 345.586 MW y la
Unidad 2 tiene una potencia neta de 347.677 MW, lo cual significa que la
potencia bruta de cada unidad es superior a los 376 MW. También señalé que,
Babcock & Wilcox, fabricante de la caldera, estuvo presente durante la
realización de esas pruebas de desempeño.
Como prueba adicional de que el señor Almonte no
dice la verdad, les informo que la empresa Babcock & Wilcox (B&W),
fabricante de la caldera, envió el 12 de febrero de 2021 una carta a la CDEEE
en la cual se indica que las calderas, que fueron certificadas bajo el código
ASME, tienen la capacidad de suministrar el vapor necesario para que la turbina
y el generador, ambos fabricados por la empresa estadounidense General Electric
(GE), produzcan a una capacidad bruta de 376 MW. Con esa carta, Babcock &
Wilcox me ha dado la razón en ese debate sobre el tamaño de las calderas.
El señor Almonte, en lugar de hacer pública la
comunicación de B&W, la esconde y guarda silencio. Dado que este es el
gobierno de la transparencia, le solicito formalmente al señor Almonte que haga
pública esa carta y que se retracte de las afirmaciones que ha realizado sobre
la capacidad de generación de Punta Catalina, puesto que las mismas disminuyen
el valor de mercado de la principal fuente de electricidad del país.
Esa aclaración de Babcock & Wilcox, así como la realizada también mediante documentación de GE y de McHale, evitará que Almonte, jefe del escuadrón de la destrucción de Punta Catalina, opere las unidades por debajo de su potencia bruta de 376 MW, beneficiando a generadores privados ineficientes que producen electricidad a un costo marginal mucho más elevado que el de Punta Catalina. Energía que venderían en el mercado spot a un precio exorbitante, en detrimento de las finanzas públicas y de las reservas de divisas del Banco Central.
Para terminar, quiero decirles que, entre el 2 de enero, fecha en que salió de operación la Unidad 2, y hoy, 17 de marzo, Punta Catalina ha perdido ingresos por casi 50 millones de dólares. Un resultado inaceptable.
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