[Escrito el 9 de octubre de 2025]
Toda deuda hay que pagarla, sea la del Estado dominicano o la de una familia trabajadora de clase media. Para pagarla hay que, en algún momento de la vida, generar un superávit, es decir, tener un ingreso superior al gasto de consumo. Por ello, lo que importa cuando se analiza la deuda, sea pública o privada, es lo que se financia con los recursos que la originan.
Si la deuda se utiliza para financiar un cumpleaños, habrá problemas. El que gozó la fiesta y se responsabilizó de la deuda en algún momento tendrá que trabajar, obtener mayores ingresos, sacrificar el consumo, generar un ahorro y, posteriormente, saldar dicho compromiso financiero.
Si la deuda se utiliza para invertir en un activo productivo, como un negocio, que arroje un rendimiento superior a la tasa de interés, entonces podrá pagar la deuda sin ningún problema. En ese escenario, la deuda es sostenible en el largo plazo. Tarde o temprano, el deudor -convertido en inversionista- terminará pagando la deuda sin sacrificio, porque supo invertir los recursos que generarán un valor agregado que creará un mayor bienestar.
De las lecciones anteriores se desprende que, si usted es un funcionario público, no se endeude para gastos corrientes. Utilice los recursos de los préstamos para expandir la infraestructura pública que genere una alta tasa de retorno económico.
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