[Escrito el 20 de mayo de 2024]
Las reformas estructurales ejecutadas por el presidente Joaquín Balaguer
en la primera mitad de los años noventa crearon las condiciones para que la
economía dominicana se expandiese por décadas a un ritmo anual de 5%. Hoy el
presidente Luis Abinader tiene una pista libre para el despegue de un conjunto
de reformas que aseguraría que el país pueda seguir modernizándose sobre los
cimientos de una sociedad más justa.
La contundente victoria en las recientes elecciones, que permitirá al
presidente Abinader tener el control del poder ejecutivo y una holgada mayoría
legislativa, crea las condiciones para que se puedan ejecutar reformas
estructurales que promuevan la inversión, la creación de empleo, la innovación,
el aumento de la productividad y la mejora de las condiciones de vida de la
población.
Bank of America señaló que esa victoria electoral permitirá la ejecución
de una reforma fiscal, lo cual puede mejorar la calificación del crédito
soberano. Los expertos de esa gigantesca entidad financiera estadounidense
sostienen que la República Dominicana es un país donde las elecciones no
provocan volatilidad en los mercados financieros ni crean riesgos que
perjudiquen la inversión privada. En el caso de Abinader indican que su elevada
popularidad, unida a una significativa mayoría congresual, le permitirá lograr
la aprobación de reformas estructurales.
El Bank of America prevé la aprobación de una reforma tributaria que
recaudará alrededor de 2 puntos porcentuales del PIB y se acompañará de una
regla fiscal que controlará el gasto público, tanto su cantidad como calidad. Un
mejor saldo fiscal, acentuado con una gestión más eficiente del sector
eléctrico, elevaría la capacidad del gobierno de cumplir con sus compromisos
financieros, incluyendo la capitalización del Banco Central, reduciéndose así la
prima de riesgo y, por tanto, la tasa de rendimiento de los bonos soberanos.
Además de esa reforma fiscal, se puede señalar que el presidente
Abinader tiene la oportunidad de ejecutar otras reformas como son: la
modernización del Código de Trabajo para que el mercado laboral sea más
flexible, permitiendo un mayor grado de formalidad económica; y la reforma del
sistema de seguridad social, específicamente el segmento previsional, para que
pueda mejorar el proceso de ahorro en las cuentas de capitalización individual
y así lograr un aumento de la tasa de reemplazo del sistema de pensiones.
Para elevar la productividad -de la mano de obra y del capital- hay que
hacer énfasis en una mejora de la calidad del sistema educativo para tener una
oferta de mano de obra más capacitada y competitiva. Y a eso hay que añadir
medidas que reduzcan los costos de transacciones que se incurren durante el
proceso de inversión privada; específicamente hay que reducir los costos y
tiempo que se desprenden de la obtención de los permisos. Esa reforma
impactaría favorablemente el crecimiento económico de la nación, creando un
mayor nivel de empleo formal y bienestar para la gente.
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