lunes, 14 de julio de 2014

Sobre la productividad y los salarios

El Banco Central de la República Dominicana publicó recientemente un interesante análisis sobre la evolución de la productividad laboral promedio y los salarios reales. De acuerdo a sus cálculos desde la década pasada los salarios reales crecen a un ritmo mucho menor al que registra la productividad media.



Esa evidencia –en adición a otros factores- ha sido utilizada por organismos internacionales para explicar el porqué, a pesar del elevado crecimiento del PIB per cápita, la pobreza sigue siendo alta y la distribución de la renta muy desigual. Para el Banco Mundial “es paradójico el hecho de que los salarios reales sean estáticos o hayan decrecido en los sectores que tienen alto crecimiento en productividad.” Ese bajo ritmo de crecimiento de los salarios disminuye la vinculación de la creación de valor agregado y la equidad.

El Dr. Pedro Silverio, profesor de Economía y pasado Gerente del Banco Central, comentó en un artículo publicado el viernes 11 de julio pasado que “el Órgano Monetario plantea que el salario real ha quedado rezagado en comparación con la productividad de los trabajadores, lo cual pudiera no ser cierto.” Y afirma que si se realiza una descomposición de la productividad media para atribuir a cada factor de producción su aporte en términos marginales es muy probable que el crecimiento del salario real resulte por encima de la productividad laboral. Su conclusión se basa en el hecho de que “toda la productividad de la economía no puede ser atribuida exclusivamente al factor trabajo.”

Existen, por lo tanto, dos hipótesis. La primera, la del Banco Central, establece que el salario real debió subir –y no lo hizo- a un ritmo proporcional al de la productividad media. La segunda, la de Silverio, sostiene que, al tomar en consideración la remuneración del capital y la tecnología, el salario real creció por encima de la productividad media atribuible al factor trabajo.

La teoría económica sostiene que el salario real, es decir, medido en términos de unidades de producción,  debe moverse con la productividad marginal del trabajo. Esta se define como la cantidad de bienes o servicios que  un empleado adicional puede producir, manteniendo constante el resto de los factores productivos.

Dado que la productividad marginal del trabajo no se cuantifica a nivel agregado, se utiliza para el análisis la productividad media. Esta sustitución es posible porque se puede demostrar fácilmente que esa productividad marginal es una proporción –menor a la unidad- de la productividad media.

Lo anterior significa que, si se mantiene constante el factor de proporcionalidad, cuando sube la productividad media también debe hacerlo la productividad marginal del trabajo. Y si la productividad marginal se incrementa también deben subir los salarios reales a un ritmo similar. Esto permite aceptar la hipótesis del Banco Central.

A esa conclusión se puede llegar sin que sea necesario “atribuir al factor trabajo toda la productividad [media] de la economía.” De hecho, al señalar que la productividad marginal del trabajo es una proporción –menor a la unidad- de la productividad media, se está reconociendo que existen otros factores de producción que explican el resto del nivel de la productividad media. Y, dado que el salario real desde la década pasada se ha mantenido relativamente estancado mientras ha subido la productividad marginal del trabajo, se puede rechazar la hipótesis del Dr. Pedro Silverio.


Queda pendiente responder la siguiente pregunta: ¿Qué sucedió en la economía dominicana, principalmente desde mediados de la década pasada, que explique el porqué los salarios reales han crecido menos que la productividad laboral? 

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