[Escrito el 1 de febrero de 2021]
La semana pasada el presidente Luis Abinader
anunció que, a través de la intervención del INESPRE en el mercado, se
reduciría el precio de la carne de pollo. A pesar de que el gobierno comenzó
desde el miércoles a vender ese alimento a un precio subsidiado de 36 pesos la
libra, el precio de equilibrio en el mercado no se ha reducido. Este fin de
semana verifiqué que en mercados y supermercados de la zona metropolitana la
carne de pollo se sigue vendiendo alrededor de 68 pesos la libra y en los
colmados puede llegar a costar 80 pesos la libra.
El fracaso del INESPRE se explica debido a que
su intervención no afecta, de manera permanente, la oferta o la demanda del
pollo, que es lo que determina el precio de mercado. El hecho de que esa
institución pública adquiera cuatro millones de libras directamente de los
productores a un precio de 50 pesos la libra, y las venda a los consumidores a
36 pesos, no influye sobre los determinantes que explican el aumento actual del
nivel de precios.
El gobierno debe entender que el incremento del
precio de ese alimento se debe al aumento del costo del maíz, la soya y el
sorgo. Esos bienes básicos se han incrementado en meses recientes hasta en un
50%, lo cual se traduce en un aumento del precio del pollo. Cabe recordar que el
pollo es una función de producción de Leontief, pues existe una relación fija aproximadamente
de 2 libras de alimento por 1 libra de carne, asumiendo un período de engorde
de 40 días. A menos que el gobierno reduzca el precio del maíz, la soya y el
sorgo será muy difícil disminuir el costo de producción del pollo y, por tanto,
el precio de equilibrio se mantendrá elevado. Dado el nivel de precios
internacionales y vistas las ventajas comparativas internacionales en la
producción de esos bienes básicos, es poco probable que el gobierno dominicano
logre que baje el costo de esos alimentos, aun cuando promueva su cultivo y
producción en el país.
La intervención del INESPRE beneficia
transitoriamente a algunos consumidores de menores ingresos, que habitan en
barrios donde son visitados cada semana o cada quince días por las bodegas
móviles de esa entidad pública. Lamentablemente, esa política perjudica a los
comerciantes que venden pollos en mercados y puestos de pollos localizados en
esos barrios, quienes también son pobres o vulnerables.
Así las cosas, se puede concluir que la
intervención del INESPRE beneficiará principalmente a los avicultores, quienes
venderán a esa entidad un buen lote de su producción sin tener que pasar por un
proceso de licitación como el que establece la Ley 340-06 sobre Compras y
Contrataciones Públicas. Además, esa compra del INESPRE les compensará parte de
la reducción de demanda causada por el aumento del precio del pollo. Al menos el
resultado final será positivo para esos productores.
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