viernes, 19 de febrero de 2021

El fracaso de la política de control de precios

 [Escrito el 19 de febrero de 2021]

El gobierno del presidente Abinader ha tratado de controlar los precios de los alimentos que son parte de la canasta básica. Hasta ahora, la política basada en acuerdos con productores y detallistas, y en la intervención del INESPRE en el mercado, ha fracasado.

La carne de pollo, los huevos, las habichuelas, el arroz, los plátanos y la leche líquida presentan precios en febrero superiores a los registrados en agosto de 2020. Esos incrementos de precios se explican por el encarecimiento de los insumos importados, lo cual se refleja en mayores costos de producción. Eso significa un choque de oferta que se traduce en mayores precios de mercado y, en consecuencia, en una reducción del poder de compra de los ingresos de los trabajadores.

En diversas ocasiones le he señalado al gobierno que su política de control de precios no beneficiará a los consumidores. En el mejor de los casos, las medidas adoptadas por el gobierno, como las compras fuera de la ley 340-06 de compras y contrataciones que realiza el INESPRE, se traducen en un beneficio directo a los productores. En el caso del pollo, que INESPRE lo compró a 50 pesos la libra y lo vendió a 36 pesos la libra a través de las bodegas móviles, el beneficio al consumidor fue limitado a un pollo de 3.5 libras cada quince días. Eso y nada es lo mismo.

El gobierno debe entender que los consumidores enfrentan el precio del mercado y, dadas sus preferencias por los distintos productos alimenticios, toman sus decisiones en función de su ingreso disponible. Cuando el precio de un determinado artículo sube, el consumidor traslada su demanda hacia otros bienes y servicios. Afortunadamente, existen otros alimentos que son sustitutos de aquellos que han incrementado su precio.

En caso de que el gobierno desee que la canasta de consumo o dieta de los más pobres y vulnerables se mantenga inalterada, a pesar del aumento de los precios de los productos como lo sucedido con la carne de pollo o los huevos, debería analizar si le conviene seguir interviniendo en el mercado con esa política de control de precios. Quizás sea mejor aumentar el monto de la transferencia mensual del programa Comer es Primero, con el objetivo de compensar a ese segmento de la población de menores ingresos por el aumento de los precios.

A los economistas del gobierno, les dejo de tarea realizar ese análisis.

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