[Escrito el 10 de octubre de 2022]
La elevada probabilidad de recesión global, la inflación muy por encima
de la meta de los bancos centrales, la guerra en Ucrania, la disrupción de los
mercados de combustibles y alimentos, los coletazos de la crisis del Covid-19,
la crisis climática, el aumento de la pobreza y el nerviosismo de los mercados de
capitales ante el deterioro de las finanzas públicas son factores identificados
por el Fondo Monetario Internacional que afectan a la economía mundial.
De acuerdo con el Fondo, los gobiernos deben enfocarse en tres
prioridades para estabilizar sus economías.
La primera, continuar con una estrategia inteligente de lucha contra la inflación.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advierte que no apretar lo
suficiente la demanda de bienes y servicios puede acarrear que la inflación se
mantenga elevada y se pierda el anclaje de las expectativas. La consecuencia de
ese resultado sería inflación más elevada y mayores tasas de interés en el
futuro y, por lo tanto, menor nivel de bienestar. Pero también señala que un
apriete monetario demasiado fuerte y rápido puede desembocar en una recesión
prolongada, lo cual tampoco es deseable. Una buena gestión de la política
monetaria es fundamental para reducir la inflación, minimizando el impacto
negativo sobre las condiciones de vida de la población.
La segunda prioridad es mantener una política fiscal responsable, que
proteja a los vulnerables sin que provoque un aumento de la inflación. La
focalización de los subsidios es un elemento clave de una buena y sostenible
política fiscal. Los subsidios generalizados no son sostenibles ni efectivos,
pues mantiene artificialmente elevada la demanda de esos productos.
La tercera prioridad es adoptar medidas que eviten una salida de
capitales de los mercados emergentes y economías en desarrollo. Un buen manejo
de la deuda pública, que permita enviar a los mercados de capitales un mensaje
de sostenibilidad de las finanzas públicas reduciría la probabilidad de que se
detenga la refinanciación de la deuda pública externa. La experiencia de los
años ochenta permite recordar que para evitar que los países menos
desarrollados caigan en una recesión acentuada se necesita mantener el acceso a
los mercados de capitales.
Por último, quiero añadir a esas prioridades del Fondo la importancia de
mantener un entorno macroeconómico saludable para que la banca siga operando de
manera adecuada. En ese contexto, quiero terminar este comentario con una cita
del profesor Ben Bernanke, quien fue galardonado hoy junto a los profesores
Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig con el Nobel de Economía, para hacer
hincapié en la importancia de evitar que las múltiples crisis actuales
desemboquen en una crisis bancaria.
“Instituciones que evolucionan y se desempeñan bien en tiempos normales
pueden convertirse en contraproducentes durante períodos en que choques
exógenos y errores de política sacan a la economía de su curso. El mal
funcionamiento de instituciones financieras durante el inicio de la década de
1930 ejemplifica ese punto.” Bernanke, JPE (1983)
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