viernes, 17 de julio de 2015

Grecia en llamas

[Escrito el 15 de julio de 2015]

El primer ministro griego Alexis Tsipras está pagando el precio de la demagogia. Después de crearle a su gente falsas expectativas sobre la política económica que podía ejecutar y someter a ese pueblo a un referéndum, hoy se enfrenta a manifestaciones que se oponen a su reciente acuerdo con el Eurogrupo.

El tercer rescate de Grecia implica aumentos de impuestos, entre ellos el IVA- y recortes de pensiones. Ese ajuste le permitiría al gobierno de Atenas recibir hasta 86 mil millones de euros, los cuales necesita desesperadamente para evitar la quiebra de su economía.

La firma de ese acuerdo, que debe ser ratificado por el parlamento griego, ha provocado la salida de varios ministros del gobierno y el enfrentamiento contra los más radicales de Syriza. Ante a esa situación, Tsipras se limita a decir que ese “mal acuerdo” es mejor que una salida desordenada del euro. Y tiene razón, el uso del dracma –su moneda nacional- significaría una acelerada inflación que deterioraría, aún más rápido, las condiciones de vida de los griegos. 


Lamentablemente, la falta de confianza en Tsipras y su gobierno es tan notoria que el acuerdo incluye como punto esencial que se garantice la independencia de la oficina de estadísticas de Grecia. Esto se explica porque por un largo tiempo el gobierno heleno tergiversó las cifras económicas con el objetivo de reducir el déficit público y ocultar parte de la deuda estatal. Y el resto de los europeos, cansados de darle plata a los griegos, no quieren que eso vuelva a suceder. 

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