[Escrito el 10 de enero de 2023]
El Banco Mundial, al igual que lo hará en las próximas semanas el Fondo
Monetario Internacional, recortó la tasa de crecimiento de la economía global
para 2023. Según el equipo técnico de ese organismo internacional, la tasa de
crecimiento económico mundial para este año será de 1.7%, contrastando con el
estimado de 3% que realizó en junio de 2022.
Tasas de interés más elevadas, menor nivel de inversión y la disrupción
de la cadena de suministro provocada por la invasión de Rusia a Ucrania son
factores que influyen en la desaceleración del ritmo de crecimiento económico
mundial. De acuerdo con el Banco Mundial, ese bajo ritmo de crecimiento solo es
comparable con las recesiones registradas en 2009 y 2020.
Los países en desarrollo o de economías emergentes, dependientes de los
flujos de comercio y de capitales internacionales, serán afectados muy
negativamente. El elevado nivel de endeudamiento público y la restricción
presupuestaria de los gobiernos de esos países menos desarrollados son dos
factores adicionales que limitarán el nivel de inversión y su tasa de
crecimiento económico.
El Banco Mundial recomienda a esos países la adopción de “medidas de
política inmediatas para impulsar el crecimiento y la inversión, entre ellas la
reasignación del gasto existente, como subsidios ineficientes a la agricultura
y los combustibles.” Esa frase deja claro que el organismo internacional
exhorta a los gobiernos a eliminar subsidios generalizados y sustituirlos por
subsidios focalizados que protejan a los segmentos de población más
vulnerables.
América Latina, cuyo producto interno bruto se estima creció 3.6% en
2022, apenas se expandirá 1.3% en 2023. La desaceleración de la demanda mundial
implica menor crecimiento de exportaciones de bienes y servicios, incluyendo los
ingresos por turismo. Además, se advierte que pudieran registrarse salidas de
capitales y depreciación de las monedas locales. Por el lado doméstico, se
prevé que la aplicación de una política monetaria restrictiva, que se justifica
para reducir la inflación y llevarla a su meta, se traducirá en menor dinamismo
del consumo y en el descenso de la inversión.
A pesar de ese entorno internacional, el Banco Mundial estima que la
República Dominicana tendrá una expansión de 4.8% en 2023. Es muy probable que la
tasa de crecimiento que se logre sea menor a la publicada, pues para 2022 se
presenta en el informe una tasa de 5.3%, la cual no toma en consideración la
desaceleración que se registró en el cuarto trimestre del año pasado. No obstante,
a pesar de ese ajuste a la baja, la economía dominicana exhibirá en 2023 una de
las mejores tasas de crecimiento de la región.
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