[Escrito el 23 de febrero de 2022]
Rusia, al reconocer como repúblicas independientes dos territorios separatistas
de Ucrania, ha dado un paso hacia la guerra. Un nuevo evento destructor de
bienestar, que pudiese arropar a todo el mundo. Una vez más queda demostrado
que el ser humano no aprende las lecciones de la historia y le encanta cometer
errores extremadamente costosos.
La guerra destruye capacidad de producción, de creación de ingresos y
bienestar. La pérdida de vidas humanas en un evento bélico es un acto
irracional. La desaparición de cerebros significa menor capacidad de resolver
problemas que afectan a la humanidad o, a través del arte, de ser partícipe de
la obra divina de la creación. Entre esos jóvenes que van a la guerra y que no
volverán hay muchos que pudieron ser mejores que un Copérnico, Newton
o Einstein. O quizás mejores que un Mozart, Beethoven o Wagner. O tal vez superiores
a un Goethe, Cervantes o Shakespeare.
El pueblo de Ucrania será la gran víctima. Es en su territorio que se
enfrentarán poderosos ejércitos, capaces de destruir el mundo con su arsenal
nuclear. Las autoridades de Ucrania han movilizado a sus reservas y ha
declarado el estado de emergencia. ¿Se imaginan ustedes del estado de ansiedad
que debe estar viviendo la población que habita en ese país? La impotencia de
los padres, al sentir que no podrán proteger a sus hijos en medio de esa
guerra, debe ser terrible. Desgarradora.
Las consecuencias económicas ya se están notando. Los mercados
bursátiles, que recogen el valor presente del flujo de beneficios esperado por
las empresas cuyas acciones allí se cotizan, han retrocedido de manera
significativa. El Nasdaq cayó hoy en 2.6%, y en lo que va de año ha descendido
en un 18%. El S&P 500 disminuyó en 1.8%, acumulando un descenso a la fecha
de 12%. Y el Dow Jones retrocedió en 1.4%, y en lo que va de año ha caído 9%. Los
precios de los combustibles, de los alimentos y sus insumos, aumentarán de
forma más acelerada si inicia el conflicto armado. Y todo esto en medio de la
peor inflación que se observa en décadas.
Hoy Estados Unidos y Europa adoptaron sanciones económicas contra Rusia.
Específicamente establecieron restricciones a las transacciones con deuda
soberana rusa, así como a bancos rusos que tienen operaciones en las nuevas repúblicas
Donetsk y Lugansk, y restringió la capacidad de hacer operaciones económicas
internacionales a los principales funcionarios de Rusia. Alemania detuvo el
gasoducto de gas natural Nord Stream 2. Es altamente probable que Rusia responda
contra esas sanciones.
Así las cosas, ojo por ojo, pronto se quedarán ciegos todos en este
mundo, creado por Dios para unos fines mucho mejores que la guerra.
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