[Escrito el 29 de diciembre de 2021]
La variante Ómicron del covid-19 avanza aceleradamente por lo cual se
convertirá en la variante dominante a nivel global. Su capacidad de transmisión
y contagio desafía la protección que brinda la vacuna actual y la inmunidad que
se obtiene por haber sido contagiado por otras variantes.
Un dato esperanzador es que la Ómicron es mucho menos letal que las
anteriores. Algunos expertos afirman que su impacto sobre el sistema
respiratorio es más leve, lo cual hace que aquellos que son contagiados puedan
transitar la enfermedad sin tener que asistir al hospital en estado de
emergencia. Esto implica que esa variante pudiese ayudar a que se alcance, a
nivel global, la inmunidad de rebaño más rápido y con menor costo en términos
de vidas humanas.
El hecho de que la variante Ómicron sea menos letal reduce la
probabilidad de que haya que declarar el estado de emergencia y cerrar las
actividades económicas. La reacción de los mercados bursátiles a esa menor
probabilidad ha sido positiva. Basta analizar la evolución del Dow Jones, el
S&P 500 y el Nasdaq en los Estados Unidos, y otros índices en diversas
partes del mundo, para darse cuenta de que los mercados están asumiendo que la
economía seguirá recuperándose a pesar del elevado grado de contagio de la
Ómicron.
En el caso de la República Dominicana, los datos pronto comenzarán a
registrar el aumento de la cantidad de casos activos y del promedio móvil de
siete días del ritmo de contagio diario. El Gabinete de Salud, encabezado por
la vicepresidenta Raquel Peña, debe estar preparado para amortiguar y enfrentar
ese pico. Primero, tratará de minimizar el contagio, asegurándose que la mayor
parte de la población tenga su tercera o cuarta dosis. Segundo, seguirá exigiendo
el uso de mascarillas y promoviendo el distanciamiento social. Y tercero,
estará preparado para seguir atendiendo oportunamente a los pacientes que
tengan la necesidad de ser hospitalizados.
De mi parte, les recomendaría a las autoridades del Gabinete de Salud
que pongan mucho énfasis en la adquisición de la cantidad necesaria de pruebas
de covid-19, pues la experiencia de Estados Unidos es que el aumento de los
posibles casos de la Ómicron es tan rápido que desborda la disponibilidad de
esas pruebas, lo cual crea incertidumbre y malestar entre la población afectada
por los síntomas de esa enfermedad.
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