[Escrito el 21 de abril de 2021]
En un interesante artículo publicado hoy en el
Financial Times se presentó evidencia estadística que demuestra que la vacuna
contra el covid-19 funciona. John
Burn-Murdoch elaboró varias gráficas en las cuales se observa el descenso
acelerado del porcentaje de casos de coronavirus entre la población vacunada,
que es la de mayor edad, con relación al porcentaje de casos de la población no
vacunada. Asimismo, se observa una
reducción de la tasa de hospitalización y de fallecimientos entre los adultos
mayores con relación a los más jóvenes que todavía no se han vacunado.
En su análisis queda claro que, debido al poco
acceso a las vacunas y a la propagación de variantes del virus, millones de
personas que habitan en los países en desarrollo se enfrentarán en los próximos
meses a un mayor riesgo de contagio, hospitalización y muerte. Los países
avanzados deben entender, tal como lo comenté ayer, que la única manera de
derrotar esa pandemia es si todo el mundo se vacuna, y no solo la población que
habita en sus territorios.
España, la madre patria, lo ha entendido muy
bien. Hoy, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España anunció que su país
donará a América Latina y el Caribe entre un 5 y un 10% de las dosis de vacunas
que adquiera durante 2021, equivalente a 7.5 millones de dosis, con el objetivo
de promover un acceso a las vacunas equitativo, justo y asequible para todas
las personas. Otras economías desarrolladas deberían seguirle los pasos a
España y cooperar con la vacunación de la población de países africanos y de
otros países menos avanzados. Es lamentable que los líderes de esas naciones
prefieran tener millones de vacunas en sus almacenes en vez de enviarlas a
quienes más las necesitan.
En los años noventa promoví el financiamiento
público de la investigación y desarrollo y la aprobación de licencias
obligatorias a productos patentados por la industria farmacéutica, basándome en
los estudios de Michael Kremer, entonces un profesor de Harvard y actualmente
de la Universidad de Chicago, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2019.
Hoy me reconforta que se esté discutiendo la importancia de que haya
transferencia de la tecnología para fabricar la vacuna del covid hacia otros
países usando licencias obligatorias. Recuerdo el fuerte debate que se registró
en los noventa con los abogados que defendían a muerte que esas licencias no se
incluyesen en nuestra legislación de Propiedad Intelectual. Afortunadamente,
las licencias obligatorias se incluyeron en la Sección IV de la Ley No. 20-00
sobre Propiedad Industrial.
Concluyo este comentario con una buena noticia.
Hoy llegaron 500 mil dosis de vacunas provenientes del laboratorio Sinovac de
China. Y aprovecho para recordarle a esa empresa que todavía le debe al
gobierno dominicano 4.5 millones de dosis de las que había prometido para los
meses de marzo y abril.
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