martes, 13 de abril de 2021

El plan de desarme de Abinader

[Escrito el 12 de abril de 2021]

A finales de marzo el presidente Abinader anunció que, a partir del 6 de abril, se iniciaría un plan de desarme de la población. Específicamente, se indicó que el gobierno ejecutará un programa de compra de armas ilegales que estén en posesion de los civiles con el objetivo de reducir los eventos violentos a mano armada. 

La pregunta clave es, ¿cuál es el precio de mercado de esas armas ilegales? Un poco de análisis económico, como el que enseñó Gary Becker en la Universidad de Chicago, puede ser útil para entender las perspectivas de éxito de ese plan de desarme.

Tómese el caso de un delincuente. Ese individuo utiliza su arma ilegal para llevar a cabo sus actividades de robo que le generan un determinado flujo de ingresos. Esa información permite señalar que el precio del arma en manos del delincuente es el valor presente del flujo de ingresos que le genera hoy y en el futuro esa actividad criminal.

Para calcular el valor presente de ese flujo de ingresos, que significa traer a la fecha actual el flujo de ingresos que se espera ganar ese delincuente realizando robos en el futuro, se necesita determinar la tasa de descuento. Esa tasa es igual a la suma de la tasa de interés que pagan los instrumentos financieros, como un certificado de ahorro, y la prima de riesgo que implica ser detectado y atrapado por la policía o por otro civil que también posea un arma de fuego, sea legal o ilegal, y que tenga la valentía suficiente para enfrentarlo exitosamente. Esto significa que la tasa de descuento aumenta si se incrementa el riesgo de ser atrapado y, obviamente, sancionado. Si la probabilidad es baja, entonces la tasa de descuento también lo es.

A menor tasa de descuento, mayor valor presente tendrá el flujo de ingresos que obtendrá el delincuente y, por lo tanto, mayor valor le asignará a su arma de fuego que porta ilegalmente. Si la probabilidad de ser detectado y sancionado es baja, el delincuente portador de un arma ilegal solicitará un precio muy por encima del que estará dispuesto a pagar el gobierno. El resultado final es que no se realizará la transacción y el delincuente no entregará su arma que le sirve para realizar sus crímenes. [En caso de que el delincuente entregue algún arma, seguro que se trata de simple chatarra.]

Quienes sí pudieran entregar sus armas serían las personas que no son delincuentes, a menos que le asignen un valor elevado a la utilidad que le genera estar armado para defenderse de los delincuentes. Aquí cabe recordar a nuestro admirado Freddy Beras Goico, quien se negaba a entregar su arma de fuego, pues él la consideraba como un instrumento clave para defenderse en caso de que un criminal entrase en su residencia. Así las cosas, pienso que el plan de desarme de Abinader está condenado al fracaso.

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