jueves, 22 de diciembre de 2022

Como vaya el consumo irá la economía en 2023

[Escrito el 21 de diciembre de 2022] 

A nivel global, los bancos centrales ejecutan un apriete monetario para reducir la tasa de inflación. Específicamente, muchos países, incluyendo a Japón desde ayer, han estado aumentando sus tasas de interés de referencia, la de política monetaria, para reducir la demanda agregada y quitarle presión a la variación de los precios. Se prevé que el resultado de ese ajuste monetario sea el aumento de la desocupación y la reducción del ritmo de incremento de los salarios y precios.

El consumo y la inversión son dos componentes importantes de la demanda agregada.

La inversión es el componente que más rápido y con mayor intensidad reacciona a los movimientos de la tasa de interés. El apriete monetario reduce la viabilidad de proyectos empresariales, como establecimiento de nuevos negocios o la construcción de viviendas, lo cual hace que disminuya la acumulación de activos fijos en la economía agregada.

En el caso de los Estados Unidos, el incremento de la tasa de interés de los fondos hipotecarios, tasa que en noviembre superó el 7% y se sitúa a la fecha en 6.3%, ha reducido la demanda de bienes raíces. En noviembre cayó por décimo mes consecutivo la cantidad de casas vendidas, colocándose en un nivel que comparado con el mismo mes del año anterior representa un 35.4% más bajo.

El consumo reacciona de forma más lenta y menos intensa al ajuste de la tasa de interés. Los consumidores tienden a suavizar ese componente de la demanda en función del ingreso actual y del valor presente del ingreso futuro esperado, dado el nivel de eficiencia y profundidad del mercado de crédito. Esto significa que el apriete monetario reduce el consumo, pero lo hace de una forma más suave que el comportamiento que se observa en la inversión.

En el caso de los Estados Unidos, a pesar del incremento de las tasas de interés de política monetaria, el consumo ha logrado mantener una tendencia ascendente. Ese resultado se explica, primero por los recursos gubernamentales que recibieron los agentes económicos durante la pandemia del Covid-19, y segundo por el aumento de los salarios, cuya variación interanual a noviembre se mueve alrededor del 5%, amortiguando el efecto negativo que provoca la tasa de inflación sobre el poder de compra de los ingresos.

El crecimiento del PIB en 2023 dependerá en gran medida de la reacción del consumo a la tasa de interés, lo cual estará condicionado por el comportamiento del mercado laboral. Si el desempleo sube excesivamente y se reduce el ritmo de alza de los salarios, es muy probable que el consumo se reduzca y llegue la recesión que los expertos pronostican. Si, en cambio, la tasa de inflación sigue bajando y mejora el índice de confianza de los consumidores, es probable que la recesión se quede en las computadoras de los expertos. Espero que ocurra esto último.

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