jueves, 29 de septiembre de 2022

Cuando el tren fiscal choca con el banco central

[Escrito el 28 de septiembre de 2022]

En el Reino Unido acaba de ocurrir un choque de trenes. El ministerio de Hacienda, con su propuesta de reforma tributaria, provocó una turbulencia económica que obligó al Banco de Inglaterra a tomar medidas monetarias que van en contra de su objetivo de reducir la inflación.

Hace unos días el ministro de Hacienda Kwasi Kwarteng presentó su programa de recorte de impuestos con el objetivo de promover la economía por el lado de la oferta. Esa política busca estimular la productividad, la competitividad y el crecimiento económico, tal como hizo en los Estados Unidos el presidente Ronald Reagan con su rebaja de impuestos en los años ochenta.

En el corto plazo, esa reforma tributaria y el subsidio a la factura eléctrica se traducirán en un mayor déficit fiscal que obligará al gobierno a emitir más deuda. Ese anuncio provocó la disminución del precio de los títulos de deuda pública, aumentando en pocos días la tasa de rendimiento de los títulos a 10 años de 3.3% a 4.5%.

El portafolio de ese tipo de instrumentos de deuda registró una significativa pérdida de valor de mercado, perjudicando a los fondos de pensiones que poseen en su haber títulos de deuda a 30 años. La turbulencia macroeconómica provocó además que la cotización de la libra esterlina cayera frente al dólar a nivel récord de 1.03, situándose hoy en 1.08 dólares por libra.

Ante esos bruscos movimientos cambiarios y de tasas de interés, el Banco de Inglaterra anunció hoy que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para recuperar la estabilidad de los mercados. La primera medida es comprar bonos con vencimiento a largo plazo por la suma de 65 mil millones de libras esterlinas. El objetivo de esa medida es evitar una crisis en el mercado de deuda pública.

Cabe recordar que ese banco central está concentrado en la reducción de inflación que se situó en agosto en términos interanuales en 9.9%. La semana pasada incrementó en 50 puntos básicos la tasa de interés de referencia, situándola en 2.25%. Y se anunció que comenzaría a vender parte de su tenencia de bonos con el objetivo de reducir la liquidez en la economía.

¿Es compatible lo que hizo la semana pasada el Banco de Inglaterra para reducir la inflación con lo que anunció hoy? La respuesta es un contundente no. Basta con decir que ese organismo monetario suspendió hoy su programa de venta de bonos que había previsto ejecutar.

El Fondo Monetario Internacional criticó la política fiscal del gobierno que encabeza la primera ministra Liz Truss. De acuerdo con el Fondo, esa propuesta de recorte fiscal, que beneficia a los grandes contribuyentes, provocará un aumento del costo de la vida y acentuará la desigualdad de ingresos.

Algunos piensan que ese choque de trenes provocará la caída del gobierno de Truss. Ya se verá en las próximas semanas si la estrategia del ministro de Hacienda Kwarteng, de sentarse a esperar a que los mercados se calmen, es la adecuada. Mientras tanto, Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra, ha salido al ruedo a sacarle las castañas del fuego.

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