[Escrito el 31 de agosto de 2020]
La propuesta de convertir a la Central
Termoeléctrica Punta Catalina (CPTC) para que utilice biomasa es irracional.
Esa central eléctrica de 752MW, que se inauguró el 29 de julio pasado, se
construyó con la tecnología más avanzada disponible para ese tipo de
generadoras, con el objetivo de producir, a precios muy competitivos, el 30% de
toda la electricidad del SENI.
Generalmente, las centrales que utilizan
biomasa tienen una capacidad que oscila alrededor de los 25MW. En los EstadosUnidos, solo se produce el 1.4% de la electricidad con biomasa, siendo la central
a biomasa más grande una de 114 MW y la mayoría de las centrales tienen un
promedio de 25MW.
A nivel mundial, la central más grande lo fue,
por un breve período de tiempo, una planta a carbón que, después de estar
operando por 50 años en el Reino Unido, fue convertida a biomasa. Esa fue la
central eléctrica a carbón Ironbridge, consistente en dos unidades de 500 MW
cada una, que se construyó entre 1963 y 1969.
Después de agotar su vida útil hacia el año
2013, y debido a la necesidad de realizar nuevas y grandes inversiones en sus
equipos de control de emisiones de gases, se decidió convertir a biomasa por la
presión de los ambientalistas. Esa conversión disminuyó su capacidad total de
1,000MW a 740MW, lo cual redujo sus ingresos, eficiencia, competitividad y rentabilidad.
En el año 2015 cerró sus puertas y comenzaron los preparativos para su demolición.
En el caso de Punta Catalina, una central nueva
con un moderno sistema de control de emisiones, su conversión a biomasa también
provocaría una reducción de su capacidad, competitividad, ingresos y rentabilidad.
En primer lugar, por el impacto negativo que produciría el cambio de tecnología
de combustión. En segundo lugar, porque el país no será capaz de producir anualmente
los cinco millones de toneladas de biomasa que se requerirán para operarla a
plena capacidad. Hay que destacar que en este país no hay parques como el de
Yellowstone (el del Oso Yogi), que supla toda la biomasa que quemaría
regularmente Punta Catalina.
En la República Dominicana existe una
generadora de electricidad a biomasa, conectada al SENI, que tiene una
capacidad de 30MW, pero no hay suficiente combustible vegetal, que es el bagazo
de caña, para operarla a plena capacidad todo el año. Por ese motivo, esa
empresa también utiliza carbón mineral durante su proceso de generación de
electricidad.
Es irracional pensar que en este país se podría
producir el 30% de la electricidad con biomasa, mientras en lo Estados Unidos,
un país con un territorio enorme, solo se produce el 1.4% de la electricidad
con ese tipo de combustible.
Esa evidencia me lleva a recomendarle a las
autoridades actuales que operen a Punta Catalina, por lo menos durante los
próximos cincuenta años, con la tecnología que se diseñó y construyó. Así
beneficiarán a todo el pueblo dominicano y no solo a un grupo, que pudiera
estar interesado en el fracaso de esa central.
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