[Escrito el 20 de julio de 2021]
La variante Delta del covid-19 se ha convertido en la dominante en muchos países. En los Estados Unidos, principal socio
comercial de la República Dominicana, la Delta representa el 83% de los casos
de covid-19. El aumento del contagio, de la cantidad de hospitalizaciones y de
fallecimientos se explica por la propagación de esa variante, la
flexibilización de las medidas de distanciamiento social y la disminución del
ritmo de vacunación.
Los mercados bursátiles cayeron ayer
estrepitosamente ante el impacto que podría tener la variante Delta sobre la
actividad económica. El Dow Jones retrocedió en 700 puntos, equivalente a una
caída de -2.1%, convirtiéndose en la peor sesión desde octubre del año pasado.
La propagación de la Delta llevó a muchos inversionistas a pensar que se
volverán a tomar medidas restrictivas a la movilidad, que repercutirían negativamente
sobre los negocios. Los tenedores de acciones decidieron vender y colocarse,
aunque sea momentáneamente, en bonos del Tesoro de los Estados Unidos. El
rendimiento de los bonos a 10 años se redujo de 1.3% a 1.18%, el nivel más bajo
desde febrero. (El rendimiento se mueve inversamente al precio de los bonos.)
Hoy los mercados avanzaron, pero no recuperaron
todo lo que perdieron ayer. El alza de los mercados bursátiles se explica por la
percepción de los inversionistas de que la excesiva liquidez provocará que el
precio de las acciones siga subiendo en el mediano plazo. Esto promovió la compra
de las acciones que habían retrocedido el lunes, como los títulos de las aerolíneas,
estrategia que les generó atractivas ganancias en el muy corto plazo. El Dow
Jones subió 550 puntos, equivalente a 1.6%, el S&P 500 avanzó 1.5% y el
Nasdaq se elevó en 1.6%.
En la República Dominicana, no se ha confirmado
la presencia de la variante Delta. No obstante, tomando en consideración los
flujos de personas con los Estados Unidos y España, ambos territorios afectados
por esa variante, es muy probable que esté circulando en el país. Esa
posibilidad, unida a la decisión del gobierno de Abinader de flexibilizar los
controles y restricciones, que se expresa en una disminución significativa del
distanciamiento social, puede desembocar en un aumento de los contagios,
hospitalizaciones y fallecimientos. Ante esa eventualidad, el gobierno debe
estar preparado para adoptar medidas que amortigüen el impacto económico
negativo de la variante Delta.
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