[Escrito el 24 de abril de 2015]
La
Revolución de 1965 comenzó un día como hoy hace ya 50 años. Después de hacer un
reconocimiento a la valentía de los jóvenes quienes se lanzaron a la calle a
defender la soberanía dominicana, paso a comentar sobre el costo económico de
ese conflicto armado.
El producto
interno bruto, que cuantifica la cantidad de bienes y servicios producida en un
plazo determinado, se redujo en un 12.4% en 1965. Debe recordarse que la
capital quedó dividida en dos, definiéndose la zona Constitucionalista en
Ciudad Nueva, San Carlos, Villa Francisca y otros barrios. Esa zona incluía el
área de los bancos (zona Colonial) y la Dirección General de Aduanas.
La
actividad comercial descendió en un 24.4%. El Conde, la Mella y la Duarte, principales vías comerciales del país, quedaron
dentro de la zona de conflicto. Era poco el comercio que podía llevarse a cabo,
aunque los empresarios se las ingeniaban para obtener mercancías –alimentos,
medicamentos, principalmente-fuera del área de guerra.
La
construcción colapsó, cayendo en un 32.1%. La inversión privada descendió en un
60.7% y la inversión pública en un 19.3%.
La
industria manufacturera, que estaba localizada en la Máximo Gómez, descendió en
20.2%. A ese negativo comportamiento se añadió la caída del transporte (-14.7%)
y de la agricultura (-11.4%.)
Esa revolución
provocó la pérdida de vidas humanas, factor que ha demostrado ser el principal
instrumento de desarrollo. Es una pena que muchos jóvenes no tuviesen la
oportunidad de alcanzar el máximo potencial de su capital humano.
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