martes, 17 de mayo de 2022

El Salvador y el Bitcoin, un matrimonio con problemas

[Escrito el 11 de mayo de 2022]

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció en septiembre de 2021 que el Bitcoin tendría categoría de moneda de curso legal en su país. El primer país en el mundo en tomar esa decisión.

El Bitcoin es un activo financiero denominado criptomoneda. En realidad, el Bitcoin no es una moneda, pues no cumple con las tres funciones básicas que son: medio de pago; unidad de cuenta; y depósito de valor. El Bitcoin puede ser un medio de pago, pues permite que entre agentes económicos se realicen pagos entre sí de manera directa. Pero al tener un precio excesivamente volátil, es decir, hoy tiene un precio y mañana tiene otro muy distinto, no puede ser unidad de cuenta, porque los precios de los otros bienes y servicios expresados en Bitcoin cambiarían excesivamente. Por tanto, tampoco es depósito de valor, pues al cambiar tanto su precio, los precios de los activos denominados en Bitcoin pudieran subir o bajar excesivamente.

El presidente Bukele se hizo aprobar una ley que le dio carácter de moneda de curso legal al Bitcoin y al mismo tiempo invirtió parte de las reservas internacionales en ese instrumento financiero. Mientras el precio del Bitcoin en los mercados de capitales ascendía no había problemas. Bukele pudo por algunos meses exhibir ganancias de capital por sus tenencias de reservas internacionales denominadas en Bitcoin. Para esta fecha, con el precio del Bitcoin a la mitad y en vez de aceptar su error, Bukele compró el lunes pasado 500 monedas adicionales.

A pesar del éxito transitorio, numerosas voces le advirtieron a Bukele que abandonara el uso de Bitcoin como moneda de curso legal en la economía salvadoreña. El FMI, en su Artículo IV de enero de 2022, le advirtió que la adopción de una criptomoneda como moneda de curso legal tenía grandes riesgos para la integridad financiera, estabilidad del sistema financiero y la protección del consumidor, además de crear pasivos contingentes. También le informaron a Bukele su preocupación sobre los riesgos asociados con la emisión de bonos respaldados por Bitcoins. Esa situación se complicaba por el estrés de las finanzas públicas generado por un déficit público superior al 5% del PIB, que alimenta una deuda pública que supera el 80% del PIB.

Visto el caso de El Salvador, la lección es la siguiente. En economía no se debe querer estar excesivamente a la moda, a menos que se haya evaluado su impacto con técnicas econométricas modernas, como las que han sido premiadas con el Nobel de Economía. Sobre todo, hay que evitar experimentos con la moneda y el sistema financiero, pues, si se pierde la credibilidad como lo refleja la tasa de rendimiento de la deuda, habría una ruptura del flujo de recursos internacionales que son imprescindibles para que la economía siga expandiéndose sostenidamente. 

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