[Escrito el 27 de mayo de 2021]
El 18 de mayo pasado comenté que la República
Dominicana está siendo impactada por la tercera ola del covid-19. Hoy se
confirma que las instalaciones privadas y públicas de salud se encuentran
abarrotadas de pacientes afectados por esa enfermedad. Mario Lama, director del
Sistema Nacional de Salud, informó que los hospitales Marcelino Vélez y Moscoso
Puello tienen una ocupación entre un 95% y un 100% de las camas para pacientes
con esa terrible enfermedad. La probabilidad de conseguir una cama en una sala
de covid o de cuidados intensivos en el Gran Santo Domingo es casi cero.
La aplicación de la vacuna ha generado un
efecto confianza, o comportamiento de riesgo moral, que ha llevado a las
personas a ser más descuidadas frente al virus. Ese es el mismo fenómeno que
ocurrió con los cinturones de seguridad de los vehículos. Cuando se dictaron
leyes de su uso obligatorio, las personas aumentaron la velocidad al conducir,
pues se sentían más seguros. El resultado fue un aumento de los fallecimientos
por accidentes de tránsito. Es lamentable que la presente administración no
haya previsto que el inicio de la vacunación, junto a la flexibilización del
toque de queda, iba a provocar el desbordamiento de la gente en lugares
considerados como foco de contagio.
Para colmo, el gobierno ha iniciado clases bajo
el sistema semipresencial y rápidamente se han registrado casos de covid-19 en
las escuelas. En el municipio de Navarrete, provincia de Santiago, se detectó
la enfermedad en un centro académico, lo cual provocó la suspensión inmediata
de las clases. Ante el impacto de la tercera ola, le recomiendo a las
autoridades que no sigan forzando el mingo. Es mejor que este año termine con
clases virtuales y que a partir de agosto, si se ha logrado controlar el
covid-19, se inicien las clases asignando algunas horas adicionales de clases
para recuperar este año perdido.
Los datos confirman que el ritmo de contagio diario ha estado acelerándose de manera preocupante. Entre inicios de abril y la más reciente semana de mayo de este año, el promedio de contagiados diarios subió en 247%, colocándose la tasa de positividad en un 26%. Ante la aceleración del ritmo de contagio diario, el presidente Abinader aumentó en dos horas el toque de queda en el Gran Santo Domingo a partir de hoy jueves 27 de mayo. A mi entender, esa medida no será suficiente para detener el avance de la enfermedad.
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