Héctor Valdez, gobernador del Banco Central, demostró
nuevamente que es un experto en la flotación controlada del tipo de cambio. El
pasado 28 de agosto adoptó medidas monetarias y cambiarias encaminadas a romper
la tendencia ascendente del tipo de cambio. En treinta días llevó la cotización
del dólar de 43.20 a 42.51, manteniéndose a partir del 29 de septiembre oscilando
de manera estable alrededor de 42.52.
El economista jefe del Fondo Monetario Internacional,
Olivier Blanchard, comentó hace unos días en su blog, que los bancos centrales
prefieren la flotación controlada en vez de una flotación completa. Esa
preferencia por la flotación controlada se explica por el efecto negativo que
tendría una volatilidad excesiva del tipo de cambio sobre la tasa de inflación,
la economía real y los mercados
financieros.
De acuerdo a Blanchard, la volatilidad del tipo de cambio se
reduce mediante la combinación de movimientos de la tasa de interés de política
monetaria, la compra y venta de reservas internacionales, los controles de
capitales y las medidas macroprudenciales que aseguran el buen comportamiento y
solvencia de la banca.
Héctor Valdez ha estado utilizando esos instrumentos,
específicamente las tasas de interés y las intervenciones en el mercado
cambiario. Y ha demostrado, tal como afirma Blanchard del FMI, que esas
herramientas funcionan y que “Mirando hacia el futuro, el reto está en entender
cuál es la mejor forma de combinar esos instrumentos.”
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