martes, 9 de enero de 2024

Eléctrica y tributaria, dos reformas necesarias

[Escrito el 8 de enero de 2024]

Al igual que el Fondo Monetario Internacional, la firma calificadora de riesgos Standard & Poor’s (S&P Global Ratings) ha recomendado a las autoridades que después de las elecciones ejecute dos reformas estructurales que son fundamentales para la sostenibilidad de las finanzas públicas.

La reforma del sector eléctrico es una de ellas. Las tres distribuidoras de electricidad, Edenorte, Edeeste y Edesur, constituyen un agujero negro que por más de veinte años han deteriorado las finanzas públicas, explicando alrededor de la mitad de la deuda del sector público no financiero registrada en ese período. Se estima que, al igual que en 2022, el déficit financiero del sector eléctrico de 2023 se moverá cerca de los 1,600 millones de dólares, equivalente a 1.3% del PIB.

El déficit financiero del sector eléctrico se explica por una mala gestión administrativa de las empresas distribuidoras de electricidad. De cada 100 gigavatios que compran a las empresas generadoras de electricidad solo facturan y cobran a los usuarios el 60%. Lo terrible es que el porcentaje de pérdidas, ascendente a un 40% de la cantidad de energía comprada a los generadores, es superior al 29% que se registraba antes de la pandemia del Covid-19. Esto significa que la gestión comercial ha empeorado desde entonces.

La reforma eléctrica no debe implicar un aumento de la tarifa promedio de electricidad. La reforma debe lograr que mediante una mejora administrativa se logre hacer que aquellos usuarios que no están pagando la factura que consumen actualmente comiencen a pagarla en su totalidad. Si las pérdidas se logran reducir a un 10% no habría que subir la tarifa de electricidad, pues el resto del ajuste pudiese venir por el lado de la disminución de los costos de generación de electricidad.

Por otra parte, a septiembre del año pasado, la deuda del sector público no financiero ascendía a 52,679 millones de dólares, equivalente a 43.8% del producto interno bruto (PIB). Dado que la deuda del Banco Central se situó en esa fecha en un 17% del PIB, se tiene que la deuda del sector público consolidado era de 60.8% del PIB. Para llevarla a 45% del PIB en un período de diez años será necesario una reforma tributaria.

Esa reforma no significa que se realicen aumentos a las tasas impositivas, pues la tasa del Itbis, 18%, la de impuesto sobre la renta de personas físicas, 25%, y la de personas jurídicas, 27%, son lo suficientemente elevadas para generar buenos ingresos. La reforma debe permitir que los que actualmente no están cumpliendo con sus obligaciones tributarias paguen impuestos.

No es justo que los que pagan impuestos actualmente, como aquellos que cumplen con su factura de energía eléctrica, sean penalizados con mayores tasas impositivas o una tarifa de electricidad más elevada. Quienes deben pagar son aquellos que no cumplen sus obligaciones por el lado impositivo y/o el eléctrico. 

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