jueves, 5 de noviembre de 2020

El sueño utópico de Fulcar

 [Escrito el 2 de noviembre de 2020]

Hoy arrancó el año escolar en la República Dominicana. Y tal como habíamos pronosticado, inició utilizando la tecnología de educación a distancia de hace cincuenta años: radio, televisión y cuadernillos. El gobierno del presidente Luis Abinader no pudo cumplir la promesa realizada al país desde el Palacio Nacional el pasado 24 de agosto, cuando se dijo que se comprarían dos millones de computadoras portátiles y tabletas para entregarlas a los estudiantes preuniversitarios del sistema escolar público.

En ese momento comenté que esa sería una de las primeras promesas incumplidas del presidente Abinader. Y así ha sido. Los estudiantes y maestros que tienen ese tipo de equipos fueron los que se beneficiaron de las que adquirió el gobierno anterior.

A pesar de ese fracaso, el ministro de Educación mantiene su optimismo en el modelo de enseñanza a distancia denominado “Aprendamos en Casa,” en el cual, según Fulcar, la nación se convierte en una gigantesca escuela. Ese optimismo es tan grande, que lo lleva a soñar en materia de educación, con “cerrar brechas y procurar calidad sin que nadie se quede atrás.”   

El ministro de Educación dijo esta mañana que, el dos de noviembre de 2020, “quedará grabado en la historia…”, como el día en el cual se ratifica que ese sueño y promesa se cumplirán, pues el Covid-19 no impedirá lograr ese propósito. Sin lugar a duda, un discurso emotivo, que se puede catalogar como una clara manifestación de la utopía de Fulcar en materia educativa.

Hay que señalar que algo es mejor que nada. Pero lo que se logrará en materia educativa, como producto de las clases a distancia que se impartirán en los próximos meses por radio y televisión, está muy lejos de lo que se requiere para alcanzar el sueño del ministro de Educación. La brecha de conocimiento entre aquellos que van a escuelas élite de los que van a escuelas públicas, o privadas pequeñas, aumentará este año. No afirmo que la educación virtual usando computadoras e internet sea lo mejor, digo que es menos mala que la educación a través de radio y televisión, pues permite cierto nivel de interacción con el maestro.

Algo que ha quedado claro a nivel internacional es que el maestro dentro del aula sigue siendo el principal insumo del proceso de producción de conocimiento y capacidad de razonamiento. Recomiendo que el gobierno de Abinader se concentre al máximo en seguir apoyando la formación de los maestros actuales, al mismo tiempo que estimula la entrada de buenos bachilleres al magisterio. Pienso que colocar buenos maestros dentro del aula es la mejor manera de alcanzar el sueño del ministro Fulcar.

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